Be Famouss

Posts written by SiDi30

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    Orlando Bloom en nuevas imágenes para la revista
    @thesundaytimes
    , Edición de marzo de 2020. Cámara con flash Jackie Nickerson.




















    Orlando Bloom BR (via Twitter)
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    ¡Orlando hablando de las noticias de su bebé y de Katy!




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    "Este tipo de alegría no es algo que puedas expresar con palabras, o realmente entender. Obviamente lo sabemos desde hace mucho tiempo antes de salir a hacerlo público. Como se puede imaginar, es un momento increíblemente precioso, privado y común para compartir con el mundo. He estado tratando de no emocionarme demasiado, pero sigo sorprendiéndome escuchando música melancólica, todo Bowie´s Wild está en el Blip on a Screen de Wind to the Street - ¿Conoces esa canción? Además del nuevo single de mi prometida, por supuesto "¡Por supuesto!" Toda la familia está en la luna "




    Sobre el compromiso y la próxima boda.




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    Su principal preocupación cuando nos encontramos en un estudio de Shoreditch en febrero es el deshierbe. Él y Perry se casarán "muy, muy pronto", dice. "Pero no estoy bromeando cuando digo que el Coronavirus podría jugar algo sobre si ponemos las cosas en hielo, porque vamos a viajar y no queremos que nadie se sienta incómodo". Propuso el día de San Valentín el año pasado, organizando una fiesta sorpresa llena de corazones y globos. "No", protesta, cuando le pregunto si eso fue cursi. "¿Sabes que es esto? A ella le encanta un tema, le encanta un momento". Ella ciertamente lo hace.




    Sobre como conociò a Katy y su relaciòn.




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    Habían "cruzado caminos" antes, pero esta vez "en realidad pasamos el rato y nos conectamos. Ella es muy sorprendente. Es ingeniosa, lista e inteligente. Es carismática, pero también es directa, y esta dinámica fue intrigante para mi. "
    "Entonces, ahí está Katy Perry", continua Bloom, "y ahí está Katheryn Hudson, su nombre real. Katheryn es la mujer por la que estoy realmente intrigado. Es como, soy un chico de Kent y tú eres una chica de Santa Bárbara. Eso es en lo que estoy enfocado, no en las campanas y silbatos "Ellos "juegan", dice, presentandose en eventos,"mirandonos, sonriendo para las cámaras" Pero lo más importante es "de qué hablas cuando pasas las papas, o" ¿Qué hay en las noticias? "," ¿Qué estás leyendo? "," ¿Qué estás mirando? ", O cómo pasamos nuestro domingo.."




    Sobre la relación de Katy con su hijo Flynn.



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    "A ella le gusta hacer, ver y experimentar cosas", dice. "Es increíble para organizar las cosas. Mi hijo lo puso muy bien. Le pregunté:" ¿Cómo es con mamá y su esposo? ¿Cómo es diferente para nosotros? ", Sonrió "Ustedes son la pareja divertida"




    https://twitter.com/KabloomUpdates
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    Fotógrafo: Jonas Holthaus


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    Orlando Bloom habla sobre Katy Perry, nunca dice 'no' y se muestra abierto


    ¿Cómo es ser Orlando Bloom? La estrella de Hollywood revela su nombre completo (muy largo), lo que originalmente quería ser cuando creciera y más ...





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    Johnny Depp: “Siento que tenemos que aprovechar el poder de los medios o el cine para abrir los ojos de la gente"


    El actor presentó “Minamata”, su nueva película dramática dirigida por Andrew Levitas, en el Festival de Cine de Berlín. Rinde homenaje al fotoperiodista W. Eugene Smith, quien documentó los horrores del desastre de la ciudad japonesa por la contaminación del agua con mercurio



    Por Fabián Waintal


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    Johnny Depp en la presentación de "Minamata" en la Berlinale (REUTERS)


    Acostumbrado a ser el eterno blanco de los fotógrafos, Johnny Depp cruzó del otro lado del flash para interpretar en el cine al verdadero fotógrafo que documentó una de las peores contaminaciones en la japonesa ciudad de Minamata. Y después del estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Berlín, habló sobre la mejor forma de aprovechar la fama desviando los flashes a las buenas causas menos conocidas de nuestro planeta.

    - ¿Qué tan buen fotógrafo te consideras en la vida real?

    - La fotografía es algo que siempre me fascinó, desde los más desconocidos fotógrafos, hasta los grandes maestros. Y en mi relación con la fotografía supongo que las mejores fotos que yo he tomado fueron siempre capturadas por pura suerte, en algún momento determinado. Esas son las que me cautivan mucho más, las que consigo por accidente. Y es lo que tanto también me apasiona de la fotografía, como el cine.

    - ¿No habías cruzado del otro lado de la cámara, hace un tiempo, para dirigir el largometraje ‘The Brave’?

    - ‘The Brave’ había sido un amor total por la experiencia y el honor de semejante rol en un trabajo donde también sentí que todos los días, mi cabeza estaba a punto de explotar, porque tenía que dividir la idea de ser actor y director, al mismo tiempo. En ese sentido, aprendí mi lección.

    - ¿Qué estilo de lección?

    - Me encantaría volver a dirigir si yo no tuviera que trabajar también como actor. Yo no me elegiría como actor para una película, eso seguro. Es algo que pensaría mucho más si no tuviera que desfilar tanto, porque odiaría tener que verme a mí en una pantalla, otra vez.

    La dirección de su vida es realmente de película. Habiendo nacido en Kentucky, el 9 de Junio de 1963, Johnny había abandonado los estudios de la escuela secundaria a los 15 años, imaginando que podía ganarse la vida como una estrella de rock. Así fue como formó parte de una banda llamada The Kids y todavía hoy tiene su propio grupo que apenas lleva la letra P como nombre, con los que también grabó el tema musical ‘Sands’ que algunos fans pueden descubrir en la banda musical de la película Once Upon a Time in Mexico.

    Mas allá de la música, su primera esposa Lori Anne Allison, tuvo mucho que ver con la carrera de actor, cuando en un primer viaje a Los Ángeles, le presentó a Nicolas Cage, el gran responsable de haberle cambiado el destino “En los tiempos en que yo estaba desesperado por conseguir trabajo, cuando tenía 20 años, Nic Cage fue la persona que me propuso que viera a su representante para probar con la actuación” cuenta Depp “Y en aquel entonces estaba tan ansioso por un trabajo que pude haber elegido cualquier oficio.”. Aquel debut en el cine, llegó en el año 1984 con A Nightmare on Elm Street, pero tampoco tardó en llamar la atención cuando en Estados Unidos reemplazó a Jeff Yagher, en la serie de televisión 21 Jump Street. Sin ser el típico actor de Hollywood, siempre conservó un estilo bastante particular, eligiendo la calidad del cine por encima del valor económico. Como cuando interpretó las historias de Edward Scissorhands (1990), Ed Wood (1994) y Donnie Brasco (1997); además de haber sido nominado al Oscar como Mejor Actor, dos años consecutivos, por el personaje del Capitán Jack Sparrow en Piratas del Caribe (2003) y el autor de Peter Pan Sir James Matthew Barrie en Finding Neverland (2004), antes de la tercer nominación como Mejor Actor por Sweeney Todd. Nunca lo vimos con un Oscar en la mano, pero de haber ganado, seguramente lo hubiéramos visto utilizando la fama tal cual como lo vimos este año a Joaquin Phoenix.

    - ¿Hasta qué punto se siente la responsabilidad de utilizar la fama, para el bien, como el caso de Joaquin Phoenix y su pasión por ser vegano o la historia en el cine que ahora cuentas con la verdadera contaminación ambiental?

    - En el tema de la responsabilidad social o política para los actores... yo creo que como seres humanos nos enfrentamos a veces ante problemas demasiado grandes en nuestra vida. Ya sea con los más grandes incendios o el mundo que está colapsando o lo que sea que pasa. A mí me parece hermoso un símbolo tan simple como el poder de lo pequeño. Y cuando los oponentes a los que te enfrentas son enormes, solamente con gritar no ayuda demasiado, como tampoco ayuda tratar de tirar abajo un edificio, solo. La idea del poder de lo pequeño es la idea de empezar con uno mismo, agregando un granito de arena. Y de a poco, el problema puede llegar a ser cubierto. Por eso creo que todos deberíamos involucrarnos. De verdad. Somos todos partículas de polvo, somos algo pequeño que puede convertirse en algo grande. Y si hay algún tema que necesitamos tratar, deberíamos darle cierta magnitud, dando el primer paso para que la gente después nos siga.

    - ¿Pero cómo fue que elegiste contar la verdadera historia de la contaminación que todavía vive una pequeña ciudad japonesa del otro lado del mundo, en ‘Minamata’?

    - Con solo leer la historia de lo que pasó en Minamata y el hecho de que todavía suceda, es realmente impresionante. Como lector simplemente me pareció que era una historia que vale la pena contar, en especial porque siento que tenemos que aprovechar el poder de los medios o el cine para abrir los ojos de la gente en temas que sucedieron o continúan sucediendo. Siempre es bueno si logramos tomar una idea para llevarla a una página donde alguien decida o le interese lo suficiente como para firmar un cheque porque este estilo de cine no se consigue todos los días. Por eso creo que tenemos mucha suerte en el honor de contar una historia donde podamos mostrarle a la gente lo que sucede, para generar cierto interés en quienes antes estaban ciegos o ni siquiera sabían que podían preocuparse. Primero tenemos que saber lo que pasa, antes de poder actuar. Y si podemos utilizar al cine para aprovechar el poder de entregar un mensaje, para mí, siempre es un sueño personal que me encanta cumplir.


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    En la película "Miramata" Johnny Depp rinde homenaje al fotoperiodista W. Eugene Smith, quien documentó los horrores del desastre de la ciudad japonesa por la contaminación del agua con mercurio


    En el cine, Johnny Depp muestra la historia del verdadero fotógrafo W. Eugene Smith, en medio de una borrachera que también lo habían alejado de sus hijos, en la misma época en que tuvo que vender su equipo fotográfico para pagar las deudas, obligado a firmar un contrato con Fuji Film aunque nunca antes había sacado una foto color. Pero aquella fue la oportunidad de conocer la misma Aileen Minami (que después terminó siendo su esposa), que pretendía que el resto del mundo supiera la contaminación de mercurio que había en la pequeña ciudad japonesa de Minamata. Es así como el fotógrafo Eugene, también propuso la idea a la revista Life, con el siguiente permiso de viajar a Japón, para explorar la situación y mostrar el tema de la contaminación que muestra ahora Johnny Depp en el cine.

    - ¿Cómo lograste incorporar en tu actuación el alma del verdadero fotógrafo W. Eugene Smith que incluso estaba decidido a morir cuando encontró el nuevo propósito en la vida, de documentar la contaminación con mercurio en Minamata?

    - Yo había escuchado la historia antes... Siempre tuve una extraña fascinación con Eugene Smith, con sus primeras fotografías y cuando leí sobre su vida y lo que había pasado, sus experiencias y sacrificios para capturar aquellos momentos con una foto, quedé totalmente asombrado. Incluso me parecía fascinante que era conocido como W. Eugene Smith y cuando alguien se atrevía a preguntar que significaba la W, él decía que era por Wonderful, por ‘Maravilloso’ Eugene Smith. Después, claro, el trabajo que hizo con su esposa Eileen en Minamata es monumental. Fue una aventura muy peligrosa, totalmente dedicada. Y nunca abandonaron la nave.

    - ¿Qué sabías antes de filmar la historia sobre la verdadera enfermedad llamada Minamata, que provoca la contaminación del mercurio en la gente?

    - Bueno, cuando yo leí la historia por primera vez, la pesadilla que vivieron por el mercurio y el agua totalmente contaminada, fue imposible creer que nadie podía hacer nada al respecto. Apenas si pude imaginar lo que vivió la gente con algo así. Solo ellos lo saben con exactitud.

    - ¿Te identificaste también con Eugene Smith, en su rol de padre?

    - Tratamos de enfocarnos más en la historia del desastre ecológico, aunque utilizamos partes que cambiaron su vida, para construir un poco al personaje y darle una historia. Yo creo que Eugene Smith tenía demasiado ruido en su mente aunque tampoco creo que lo haya vivido toda su vida. Pero aquellos que tienen cierta clase de estática, ruido o incluso silencio en la mente, tienden a aislarse. Y me pareció que él era una persona que siempre se aislaba, para encerrarse en su propia forma peculiar de fe. Pero la película tampoco creo que trata solo sobre Minamata, son temas que suceden en todo el mundo. Habla de los gobiernos y las corporaciones que deciden que todos somos partes del millón. Lo poco que entra en una botella o una lata de lo que tomes o comas, termina en el medio ambiente. Para mí, no fue una de esas películas donde yo me quedé sentado en el camarín esperando que pase el humo. Todos nos involucramos con tremenda dedicación, para contar la historia con responsabilidad. Yo solo fui la orgánica naturaleza de la danza entre el actor y el cine.



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    Katy Perry anunció que está embarazada: espera su primer hijo junto a Orlando Bloom


    La cantante norteamericana presentó la noticia en un video junto a su prometido, quien ya es padre de un niño de 9 años



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    Katy Perry anunció que espera su primer hijo junto a Orlando Bloom en la previa de la presentación de su video Never Worn White (YouTube)

    Katy Perry está embarazada. Lo anunció ella quien espera su primer hijo junto a Orlando Bloom, el actor norteamericano de 43 años que ya es padre de un niño de 9 años. “Hay muchas cosas que sucederán este verano, no solo daré a luz, literalmente, sino también figurativamente a algo que ustedes han estado esperando”, dijo, refiriéndose tanto al nacimiento de su hijo como a su próximo álbum, durante una transmisión en directo en su cuenta de Instagram.

    “Estamos emocionados y felices”, dijo a sus fanáticos que seguían la emisión en vivo refiriéndose a Bloom y al próximo integrante de la familia. Ante sus seguidores -que no podían creer la inesperada noticia- Perry también habló sobre sus antojos durante el anhelado embarazo, y compartió que “literalmente nunca me importó lo picante y ahora tengo que llevar la salsa Tabasco en mi bolso”. También reveló que se ha convertido en una gran cliente de Impossible Foods, una compañía que crea carne artificial y que es furor entre muchos norteamericanos.


    “Estás cordialmente invitado al estreno de #NeverWornWhite”, había escrito la mujer de 35 años en Instagram, junto con un adelanto de cuatro segundos de la nueva canción y video musical. La leyenda (que coincide con el título de la canción) aparentemente hace referencia a su boda con Russell Brand en 2010, donde vistió de gris y no de blanco, como suelen hacer las novias cuando contraen matrimonio. Su enlace con Bloom será luego de dar a luz. en una boda que será “íntima y pequeña”.

    Hace un tiempo, Perry confió: “Orlando y yo estamos unidos con nuestro enfoque. No se trata de la fiesta, se trata de la reunión de personas que nos harán responsables cuando las cosas se pongan realmente difíciles. Esos son solo los hechos cuando estás con alguien que te reta a ser tu mejor yo".

    MIRA EL VIDEO, AQUÍ



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    Volveré algún día?... Volveré algún dia. Confío en que si podré. ;)
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    Capítulo 42


    Hubo un silencio, no demasiado prolongado. Tal vez unos pocos segundos, que no le alcanzaron a Janice para reponerse del todo de la sorpresa, así que la frase escapó de su boca.
    —¿Qué haces aquí tan temprano?
    —Vaya… ¿Deduzco que no te gusta que haya regresado antes de lo previsto?
    —¡Qué tontería! —ensayó una risita despreocupada —Solo me sorprendiste. Se suponía que no llegaras hasta más tarde. ¿Qué pasó con la cena?
    Brian no le respondió de inmediato. Se la quedó mirando en silencio, por unos segundos, con gesto serio. Luego, pareció relajarse y correspondió a su sonrisa.
    —Suspendida. Mi futuro socio tuvo una indisposición, intoxicación… o algo de eso. Se quedó en el hotel, y lo reprogramamos.
    El hombre se levantó del sillón, avanzó hacia ella y la besó suavemente. Janice estaba tan tensa que apenas si correspondió al beso, aunque intentó recomponerse lo suficiente para sonreír un poco.
    —Bien… Entonces vamos a cenar juntos. Veré que pueden preparar… o si me pongo a cocinar.
    Se escabulló como pudo, tratando de no ir demasiado aprisa hacia la cocina, de que no se notara que huía de la situación. Necesitaba un par de minutos a solas, para rearmarse y recobrar la calma. O por lo menos un par de minutos lejos de la mirada inquisidora de Brian.
    ¿Inquisidora? ¿Había sido para tanto, o es que se sentía en falta y por eso lo magnificaba? Como fuera, tenía que recobrar el aplomo y no mostrar un comportamiento que la delatara.
    Mientras maldecía su mala suerte, instruyó a la cocinera para la cena y luego subió a cambiarse de ropa. Brian seguía en la planta baja y agradeció eso. Se deshizo de la ropa, no sin antes revisarla, aunque sin saber bien que buscaba, antes de lanzarla al canasto. Y se metió al baño, a mirarse en el enorme espejo que tenían allí. Solo con su ropa interior, se miró de frente y luego de atrás, buscando alguna señal de su apasionada tarde. Pero su cuerpo parecía el de siempre. Ninguna huella, nada. Volvió a mirarse, frunciendo el ceño. ¿De verdad, era para tanto? Tenía que aprender a tomarse esto con más calma, o acabaría delatándose. Pero le había costado manejarse con naturalidad y eso le preocupaba.
    “¿Estás perdiendo el toque?… Antes no te costaba tanto mentir.”, se dijo, y al instante se respondió que era lógico. Llevaba mucho tiempo sin hacerlo. Al menos mucho tiempo de no tener relaciones con más de una persona. Desde que se había casado con Brian, nunca le había sido infiel. Estaba demasiado satisfecha con su vida, como para arriesgarlo todo por echarse un polvo con alguien más.
    “¿Y ahora? ¿Qué ha cambiado?”
    Dando un largo suspiro, fue por ropa más cómoda.


    En la planta baja, Brian se había quitado la chaqueta, aflojado la corbata y servido una copa. Mientras caminaba por la sala, con el vaso en la mano, también pensaba.
    Janice se comportaba extraña, o al menos eso le había parecido. Sorprendida, sí. ¿Asustada? Mmmm… tal vez no tanto. Pero, ¿por qué habría de estarlo?, se preguntaba. Intento que la respuesta no llegara a su cabeza tan pronto, pero no pudo evitarlo.
    “Parecía como si la hubiese pescado haciendo algo malo…”
    Aunque quizás estaba exagerando. Tal vez se sintió culpable por no estar en casa temprano. Tal vez se había quedado perdiendo el tiempo por allí, sin avisar y…
    “¿Y qué? Si fuera así, ¿cuál sería el problema?”
    Pero no era solo eso. Había parecido incómoda ante su presencia y también cuando la había besado. Janice, que siempre parecía ansiosa de saltar sobre él, de tocarlo, de incitarlo… casi había huido. No era estúpido, lo había notado. Algo sucedía.
    Sin embargo, para cuando Janice apareció de nuevo, parecía la de siempre. Se acurrucó a su lado en el sillón por un rato, le conto una especie de chisme del club, rieron juntos, y finalmente fueron a la mesa.
    Solo que una vez allí, mientras cenaban, Brian noto silencios, que antes no se producían. O si había sucedido antes, nunca se había percatado de ello. Se preguntaba porque ahora si lo hacía. Porque esos silencios, se sentían extraños… nuevos. Inquietantes.




    Hablando de silencios incómodos, ahora mismo había algo de eso, en el salón de clases de la Dover High School, donde frente a frente, Will y Emma se miraban, mientras Oliver intentaba sonreír y parecer relajado. Hasta que Will desvió la mirada de la muchacha, para enfrentar al director.
    —¿Es broma?
    “Demonios…”, se dijo el hombre, algo desilusionado.
    Había esperado que enfrentarlos así, sin advertirle a Will quien era su futura asistente, fuera suficiente para que se controlara y lo aceptara sin poner reparos. O al menos que no los pondría frente a la muchacha, aunque luego lo hiciera a solas.
    —¿Es broma, Oliver?
    —Le dije que esto no era buena idea…
    Ahora los dos se volvieron hacia Emma, que lejos de parecer contrariada, se veía tranquila y casi… ¿aliviada?
    —Will, por favor… —empezó Oliver.
    —Perdón, perdón… —lo interrumpió —Disculpe Watson, esto no es contra usted, no es nada personal, pero… ¿Oliver, podemos hablar a solas un momento?
    El director sonrió de forma forzada ante Emma, pero esta solo correspondió con gesto comprensivo.
    —Los dejo solos.
    —Gracias Emma, espérame fuera un momento, por favor.
    La joven se fue tan rápidamente, que casi pareció esfumarse del salón. Y entonces, Will volvió a la carga.
    —Oliver, en nombre de Dios… ¿Cómo se le ocurre? —dijo con énfasis, para luego dejarse caer en la silla con un suspiro —¿Watson? ¿En serio, después de todo lo que le he contado?
    Pero el director no se dejó arredrar por sus palabras. Buscando la calma que le daban sus años y su experiencia, se sentó a medias en una punta del escritorio y volvió a sonreír.
    —¿Quieres calmarte y escucharme por un momento? —y ante el silencio, que tomo como un sí, continuó —Justamente por todo lo que me has contado, creo que ella es la persona indicada. Y antes de que empieces a negarte otra vez, escucha mi razonamiento. Si luego sigues pensando igual… lo haremos a tu modo, ¿sí?
    Will lo miró un momento y luego de un suspiro resignado, asintió con la cabeza.
    —Recuerdo muy bien, lo amargamente que te quejaste de tu comportamiento hacia esa joven. Creo que dijiste que habías sido injusto, que ella pagaba los platos rotos de tus nervios, tu cansancio, etcétera, etcétera… Primer punto, entonces: sería una buena forma de enmendar eso. Tú te sentirás mejor, ella se sentirá mejor. Será bueno para los dos. Segundo: Estás tapado de trabajo, de lo que también te quejas. De verdad necesitas un asistente. Por otro lado, Emma necesita el trabajo. Hace mucho que busca empleo y no lo consigue y está bastante angustiada con eso. Por tanto, otra vez… sería beneficioso para ambos. Tercero: La chica no tiene experiencia…
    —¿Qué?
    No pudo evitar interrumpir y poner cara de incredulidad, pero Oliver volvió a levantar la mano para hacerlo callar.
    —Sí, no tiene experiencia alguna. Por eso… no consigue empleo. Y tiene que pagar una renta, comer… En fin, esas cosas fundamentales para la supervivencia. En contrapartida a lo que esa inexperiencia podría implicar… es un diamante en bruto, por decirlo de alguna forma. Viene sin “vicios”, puedes moldearla a tu manera, acostumbrarla a tu forma de trabajo. Y que sea inexperta, no significa que sea tonta, Will. Es una chica inteligente, con ganas de aprender, voluntariosa… que solo necesita una oportunidad. En fin, a mi manera de ver, esto es conveniente para ambos. Se ayudarán uno al otro.
    A medida que hablaba, el gesto de crispación de Will pareció aflojarse un poco, y eso le pareció buena señal. Así que, ya más confiado, siguió insistiendo en las “bondades” de tener a Emma como asistente, y hasta se ofreció a ayudar a capacitarla o hacerlo él mismo, si era necesario.
    —Estoy seguro de que saldrá bien, Will —finalizo —Y al fin, nada pierdes con probar. Si no resulta… buscaremos otra persona. Pero dale una oportunidad.


    Fuera del salón y apoyada contra la pared, Emma lanzó un suspiro de alivio y sonrió. Por un momento, se había sentido casi aterrada ante la posibilidad de que Will dijera que sí, que no había problema con ella, que la aceptaba como asistente. Pero al fin, todo había resultado como esperaba. Él se había quedado sin palabras por un momento, sorprendido, pero luego había reaccionado como era de esperarse. No quería verla ni en figuritas, y si bien debía soportarla en el aula como alumna, no tenía por qué hacerlo como colaboradora. Ni, aunque fuera para complacer al señor Paige. Ese había sido su único temor, su única duda. Que la aceptara, solo para quedar bien con el director. Pero estaba visto que Will no era de esos, tenía su carácter (¡si lo sabría ella!) y no se dejaba convencer por nadie.
    “Menudo susto me di…”, pensó meneando la cabeza.
    Y es que cuando el director le pidió que se quedara una vez finalizara la clase y la enfrentó con el profesor, sin casi mediar explicación, tuvo un acceso de pánico. Simplemente la tomó del brazo, la hizo entrar nuevamente y la puso frente a William, presentándola como su nueva asistente. Ni sabía de donde había sacado fuerzas para sostenerle la mirada y no salir huyendo… otra vez. Por suerte, todo había acabado pronto, antes de que ella se pusiera en evidencia.
    En fin, que solo quedaba esperar que el viejo director saliera, seguro se disculparía con ella, que pondría una fingida cara de pena, y allí acabaría todo. Otra vez a buscar empleo… pero algo que no pusiera en peligro su salud mental.
    Se puso a enviarle mensajes a Bev, solo para pasar el rato, asegurándole que todo había resultado bien, y que la llamaría al volver a casa. Y entonces la puerta se abrió, y ella sonrió para sus adentros, preparándose para las disculpas, etcétera, etcétera…
    Pero la aparente calma del director, su gesto satisfecho, no era lo que esperaba y eso la descolocó un poco. Mucho menos, estaba preparada para que sonriera ampliamente… y para lo que vino luego.
    —Bien Emma, ya todo está solucionado. Felicidades, tienes empleo.
    ¡Paf! Fue como un baldazo de agua fría en su cabeza. ¿Qué había sucedido?
    —Pero… pero… —tartamudeó un poco —Él dijo que no…
    —Tonterías —le interrumpió —Dudas, esas cosas. Ya está solucionado, como dije. Harán la prueba por unos días, y si resulta… el empleo es tuyo. Ahora, ve adentro, el profesor Ross te está esperando.
    Antes de que pudiera reaccionar, el hombre abrió la puerta… y la empujó suavemente dentro del salón.
    Will estaba sentado a su escritorio, con las manos cruzadas sobre el pecho y la cabeza gacha. Parecía ensimismado en sus pensamientos, y ella lo miró durante unos segundos, sin delatar su presencia. ¿Qué se suponía que hiciera ahora? ¡¿Qué demonios iba a hacer?!
    Antes de que pudiera responderse o tan siquiera pensar en algo, Will levanto la cabeza, y al verla, la invito a acercarse con un gesto, indicándole que se sentara. Él mismo se levantó y fue a sentarse en un banco contiguo al suyo.
    Hubo un nuevo silencio, una mirada cruzada que Emma se esforzó en sostener sin flaquear, hasta que Will suspiró y empezó a hablar.
    —Lamento lo que sucedió antes, si me comporte algo brusco. Es que… me sorprendió.
    La joven solo asintió con la cabeza, sin decir nada.
    —Oliver tiene la loca idea… de que nos necesitamos mutuamente. Idea que yo no compartía para nada, pero… —se interrumpió como dudando— Me hizo ver que quizás podamos… ayudarnos, por decirlo de algún modo. Y el caso es que yo necesito ayuda. Estoy completamente desbordado con el trabajo administrativo y… Bien, parece que usted también lo necesita, o eso al menos ha dicho el director. ¿Es así?
    Emma demoró un momento, antes de asentir con la cabeza de nuevo, porque… ¿Qué otra cosa podía hacer?
    Will frunció el ceño y lanzó un suspiro exasperado.
    —Señorita Watson… Pongamos algo en claro ahora, antes de continuar. Si vamos a tener una relación laboral, debemos poder comunicarnos. Y eso será bastante difícil, si usted solo lo hace por señas o con monosílabos. ¿Comprende?
    Claro que comprendía. ¡Pero era tan difícil actuar con naturalidad! De todas formas, se dijo que debería hacer un esfuerzo o esto acabaría en desastre.
    —Si, comprendo. Le pido disculpas. —fue todo lo que atinó a decir.
    —No es para que se disculpe. Solo quiero ser claro y que seamos sinceros el uno con el otro. Sé que… hemos empezado con el pie izquierdo, y me hago cargo de que, en gran parte, es mi culpa. He reaccionado de manera desmedida ante alguna de sus… dificultades. No es nada personal, Watson, es solo que estoy pasando por un momento de mi vida…
    Se detuvo, como si hubiera dicho demasiado. Bajó la mirada y volvió a menear la cabeza. Luego se recompuso, y volvió a verla a los ojos y sonrió otra vez.
    “Tiene bonita sonrisa…”
    —Pero creo que ya me disculpé por eso, y usted aceptó esas disculpas. ¿Estamos bien con eso?
    —Si, perfectamente.
    —Entonces, voy a pedirle por favor, que deje de mirarme con terror cada vez que le hablo. Porque será muy complicado trabajar así. No voy a comérmela, no voy a maltratarla otra vez, lo prometo. Por favor… relájese.
    Más tarde, cuando pudo recordar ese momento tranquilamente, se dijo que no debió mirarlo a los ojos. Tal vez, si no hubiera mirado directamente a esas profundidades de color marrón, hubiera podido sustraerse a la rara sensación que sus palabras le causaron. “Relájese”, había dicho, y en ese momento, por primera vez en meses… sintió una infinita paz.
    Solo atinó a sonreír, supuso que era la primera vez que le sonreía a Will, y lo hizo de verdad. No por compromiso, no para que dejara de pensar que era una estúpida miedosa, sino porque realmente, se sentía aliviada. Era una tontería, pero se sentía aliviada. De pronto, todos sus miedos, parecieron retroceder.
    —Eso está mejor…— continuó él — Bien. Esto no ha sido fácil para ninguno de los dos, pero… haremos la prueba. ¿De acuerdo?
    —De acuerdo —logró articular, sin dejar de sonreír —Gracias, profesor Ross.
    —No me agradezca nada, hasta que veamos si realmente podemos trabajar juntos. Venga, vamos a mi escritorio y veamos si podemos empezar con algo. ¿Tiene problema en llevarse algo de trabajo a casa?
    —No, no. Ningún problema. —dijo, mientras lo seguía.
    Durante un rato, Will estuvo mostrándole planillas y dándole algunas explicaciones. Y, aunque al principio se sintió algo mareada, descubrió que, si solo se atenía a escuchar su voz, y mantenía la vista fija en los papeles… no era tan difícil. Lo que no debía hacer, era mirarlo directamente a la cara. No cuando tenía que prestar atención y aprender. Porque si lo miraba a los ojos…


    Rato después, caminaba rumbo a su automóvil, cargando una carpeta y con una enorme sonrisa en el rostro. Se metió al auto, echó el bolso y los papeles al asiento del acompañante y se quedó viéndolo un momento antes de poner rumbo a casa. Esto había acabado de una forma muy diferente a la que había imaginado unas horas antes, pero se sentía satisfecha. Se llevaba trabajo a casa, lo que la mantendría ocupada una parte de la noche y, además, ya tenía un empleo. ¿Qué era temporal, que estaba a prueba? Si, era verdad. Pero iba a hacer todo lo posible para que esto funcionara, así tuviera que dejarse el pellejo en el intento.
    Claro que lo haría. Trabajaría la noche entera para él, si era necesario. Iba a dar lo mejor de sí, a esforzarse como nunca. Porque esto la aliviaba, oh si, la aliviaba profundamente. Podía ayudar a Will en algo, aunque solo fuera en algo pequeño, pero podía aligerar su carga. Y ella se lo debía, estaba en deuda con él. No es que esto fuera a pagar esa deuda, eso lo tenía claro. Pero al menos, aliviaba su culpa.
    “¿Es solo eso?”
    La pregunta vino a su cabeza, y la descoloco por un momento. ¿Era solo eso? Se tomó unos minutos para pensarlo y luego meneó la cabeza. No estaba segura, nada segura de que no fuera algo más. Pero no podía precisar que era, y se dijo que nada ganaba con darle vueltas al asunto. Lo único claro en todo esto, es que era la asistente de Will, que, si se lo proponía, estaba segura de poder ayudarlo. Y si, además, lograba que él la mirara con algo de aprecio, se sentiría más que afortunada.



    —¡¿Estás chiflada?!
    El grito de Bev le hizo doler los oídos, pero no la sorprendió. No era la primera vez que le decía esas palabras, y era exactamente la reacción que esperaba de su amiga.
    —Sí, estoy chiflada, Bev. Eso no es novedad —respondió tranquilamente —. Pero me siento muy bien, muy tranquila y contenta. Por favor, no estropees mi noche.
    —Yo no estropeo tu noche. ¡Tú estás estropeando tu vida, maldita sea!
    —No exageres…
    —¡¿Yo exagero?!
    Lanzó un suspiro exasperado, empezando a perder la paciencia. Y no quería eso, no esta noche.
    —Bev… de verdad. No quiero discutir. Solo quería compartir las buenas noticias contigo, porque si… son buenas noticias. Al menos para mí. Si quieres, lo hablamos mañana, mas tranquilamente. Ahora… voy a comer algo y a ponerme a trabajar. Tengo mucho que aprender.
    —Lo imagino…
    Hubo un silencio algo incómodo, hasta que Bev habló nuevamente.
    —Está bien. Mejor lo dejamos para mañana. La cagada ya está hecha, no hay modo. Descansa. O trabaja, o… lo que sea. Hasta mañana, monita.
    La comunicación se cortó, y Emma dejo a un lado el móvil, con un nuevo suspiro. Bev no estaba de acuerdo con lo que hacía, y no lo estaría nunca. Pero tendría que respetar su decisión, tendría que entender. Eso hacen los amigos, ¿no? Aceptarnos, aunque no compartan nuestras ideas del todo.
    “Y yo necesito que me acompañe en esto, porque por muy entusiasmada que esté… no va a ser fácil.”, se dijo con algo de melancolía.
    Pero solo se permitió sentir eso por unos segundos. Luego sacudió la cabeza, para alejar la sensación, y se fue directo a la nevera, a ver que podía cenar. Algo para darse fuerzas, y luego a trabajar.



    Will no se fue a casa. Estuvo un largo rato en salón, sentado a solas, pensando. Pensando en si hacía lo correcto al aceptar a la chica Watson, si no se estaba comprando un problema más. Y tuvo que aceptar que tal vez no fuera tan mala idea. Si esto funcionaba, además de aligerarse el trabajo, se sacaría la espina que tenía con esa muchacha. Una espina que no tenía muy en claro de dónde venía, pero que era una molestia. Y no le agradaba tener inconvenientes con sus alumnos. En medio de todo lo que le sucedía, lo que menos necesitaba, era eso. Al contrario, el trabajo debía seguir siendo su remanso, su refugio. Tan solo eso le quedaba…
    Le echó una mirada a su reloj y vio que casi eran las once de la noche. Ya no quedaba mucho de este fatídico día que, al fin, había logrado sortear con bastante calma. Durante la noche anterior, había temido que no iba a lograrlo. Pero como siempre, el trabajo había ayudado. Seguía siendo su tabla de salvación. Dio un suspiro y miró hacia la ventana. Aún quedaba una hora y luego ya estaba. Tendría por delante un largo año hasta pensar nuevamente en…
    “¿En qué? ¿En tu hijo? Como si solo fueras a recordarlo el día de su cumpleaños. Como si fuera el único instante en que sentirás su ausencia…”
    Claro que no. Siempre recordaría, siempre los recordaría. Cada día especial, cada fecha importante… o tal vez solo cada vez que una tontería cualquiera los trajera a su mente. Y tenía que aprender a vivir con eso.
    “Pero esta noche… es la primera. Ya queda poco, solo que… no quiero ir a casa”
    Obedeciendo a un impulso, puso un mensaje en el chat que compartía con sus amigos. ¿Alguien estaba libre para ir a tomarse una copa?
    Segundos después llegó la respuesta de Pedro. Estaba de guardia en el hospital, así que no se podía contar con él. Pero Tom estaba libre, por suerte. Se ofreció a pasar por él por la escuela, y Will agradeció el gesto.
    Un rato después estaba en las escalinatas, esperando por su amigo. La noche estaba fresca y se subió el cuello de la campera que llevaba puesta. Había una leve brisa y brillaba la luna. Una hermosa noche… que ya casi acababa.
    A lo lejos vio venir el auto de Tom, haciendo luces. Antes de bajar las escaleras, echó una última mirada al cielo.
    “Feliz cumpleaños Tommy…”
    Luego bajo a los saltos y corrió al encuentro de su amigo.


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