TRISTESSE

FIC LARGO DE JOHNNY

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    tristesse19

    Cap. 19
    Cuando Loise despertó se dio cuenta que estaba sola en la habitación.
    Fue rápidamente a la habitación contigua y no encontró a Johnny.
    Bajó a la cocina y lo halló preparando el desayuno.
    - Buenos días. ¿Descansaste bien?
    - Sí, muy bien, gracias. ¿Por qué no me despertaste antes?
    - Me di cuenta que estabas muy cansada. Mira, ya preparé el desayuno.
    Se sentaron para disfrutar aquellos alimentos. Johnny le preguntó.
    - ¿Qué tienes pensado hacer hoy? Quería que me ayudaras a contactar a la cliente que tiene pendiente la venta de su casa.
    - Claro que sí. A partir de hoy, te empiezo a ayudar. Sólo que necesito que me permitas ir a ver a Amy y despedirme de ella. Ya no pienso volver.
    - Me alegra por ti. Si quieres te acompaño.
    - No es necesario. Sólo quiero decirle que le agradezco lo que ha hecho por mí y que cuenta conmigo para lo que necesite.
    - Muy bien. Entonces, te estaré esperando para que me ayudes con ese asunto, ¿quieres?
    - Por supuesto, no tardaré.

    Ella subió para arreglarse. Johnny bajó a la oficina y trató de marcar a su clienta. Ella respondió desde arriba.
    - ¿Cómo está?
    - Bien...disculpe que no lo pueda atender ahora pero tengo que hacer algo importante. Dígame a qué hora lo veo.
    - Véame mañana a las diez en el parque Sheldon. Ahí estaré y le comentaré lo que llevamos de avance. Por cierto…si no llego yo, llegará mi secretaria.
    - Está bien. Ahí estaré.
    - Hasta mañana.
    Momentos después, Loise bajó y Johnny le dijo.
    - Cuando vuelvas de ver a Amy, te doy los detalles sobre la cliente de la que te hablé.
    - Perfecto, aunque…no sé por qué pero…en fin, no me hagas caso.
    Johnny arqueó los labios en una sonrisa.
    - Tranquila, quizás traes muchas cosas en la mente. Ve a cerrar ciclos, eso te hará mucho bien.
    Tras una sonrisa cada uno de ellos tomó un camino diferente.


    Loise se dirigió hacia el Fantasy.
    Ahí encontró a Amy quien abrió directamente la puerta.
    Sonrió abiertamente a su amiga.
    - Loise- dijo dulcemente, tras abrazarla.- ¡Qué gusto me da verte! ¿Cómo estás?
    - Muy bien, Amy.
    - Te desapareciste. Natasha preguntó por ti.
    - Si te lo contara, no lo creerías.- contestó Loise.
    - Tienes que contarme de igual forma- reveló Amy.- Pasa, Natasha no está.
    Entraron a la habitación de Amy y ella le sirvió algo de licor.
    Loise lo rechazó.
    - No, amiga, gracias, no quiero volver a beber.
    - Bien, entonces, cuéntame. ¿Dónde has estado?
    - En casa de Johnny…
    - ¿Haciendo, qué?
    - Trabajando. Ahora soy su secretaria.
    - Y…¿pasó algo entre ustedes?
    - No- respondió Loise.- Eso es lo mejor de todo.
    Amy no comprendía.
    - Oye, Loise, ese tipo te quiere…
    - Claro que no. A él le gusta mi música solamente.
    - Yo no estaría tan segura. La forma en que se acercó a ti revela que realmente le importas. Pero, no comprendo cómo es que él no ha buscado algo más.
    - Pues ya ves…es un hombre extraordinario. Yo tampoco podía creerlo. El primer día me pagó para que me quedara con él solamente como compañera, pero sin nada de nada.
    - Extraordinario…¿y luego?
    - Después, estuvimos en su casa, fuimos de compras, yo ya me iba al final del día pero me pidió que me quedara y pasé la noche en su casa pero solamente eso. Y hoy en la mañana me dijo que me ocupara de ayudarlo en algunos asuntos. Pero le pedí que me permitiera primero venir a verte a ti, para saludarte y…despedirme.
    Amy sonrió con lágrimas en los ojos.
    - Me alegro por ti. Tu vida va a ser mucho mejor ahora. Ojalá un día yo también pueda dejar este sitio.
    - Lo harás. Buscaré la manera de ayudarte, ya lo verás.
    - Eso espero. Ya no quiero estar aquí, cerca de Natasha.
    - Lo sé. Este ambiente es muy duro para ti. Dame un abrazo, Amy.
    La chica la abrazó y le dijo:
    - Tienes que venir a verme, por favor.
    - Claro que lo haré. Por ahora, entrégale a Natasha esta carta y dile que puede olvidarse de mi liquidación. No pienso pedirle un centavo.
    - Pero…ella debería indemnizarte.
    - No me importa, yo sólo quiero estar en paz.
    - Está bien, se lo diré. Ahora vete, antes de que ella pueda regresar.
    Loise se marchó y decidió comenzar a olvidar definitivamente a Natasha y al Fantasy.

    Mientras tanto, Johnny le marcó y le preguntó.
    - ¿Dónde estás, linda?
    - Estoy esperando tus indicaciones.
    - Bueno, te aviso, la clienta estará en el parque Sheldon.
    - ¿Sheldon? Yo tengo que ver a alguien ahí.
    - Bueno, entonces ve y seguramente la encontrarás. Cuando llegues al parque márcame y te doy sus datos.
    - Ok, estamos en contacto.
    Loise se dirigió hacia el parque Sheldon. Pero no encontró a nadie. Sólo estaba ella y esperó un buen rato pero nadie más la contactó.
    Después de quince minutos, Johnny la llamó.
    - ¿Todo bien?
    - No, Johnny…no hay nadie aquí. Llevo ya mucho rato aquí.
    - Espera unos minutos más. Si no llega nadie, márcame y paso por ti.
    - Está bien.
    Loise esperó durante varios minutos pero no llegó nadie más.
    Por fin le marcó a Johnny y este llegó al poco rato.
    - Traté de venir enseguida, linda.
    - Gracias. Pues no, tu clienta no llegó.
    - Qué mal…es extraño.
    - Y tampoco la persona a la que yo esperaba.
    - Ya le llamaré mañana para averiguar qué sucedió. Ahora vamos a aprovechar para ir al cinema más cercano.
    - ¿Al cine? Suena bien. Llevo ya mucho tiempo sin ir al cine.
    - Pues vamos. No estoy muy acostumbrado a ir pero podemos aprovechar que hay uno muy cerca. Sube.
    - Vamos.
    Llegaron al cinema. Johnny le permitió escoger la película.
    - No te preocupes, estoy acostumbrado a este tipo de películas.
    - Vaya, creo que después de todo eres sacrificado.
    Johnny sonrió y entraron a ver el filme.

    La película era de corte romántico. En las primeras escenas, Johnny parecía aburrirse, pero hubo una escena en la que la pareja estaba a punto de entrar en un momento íntimo. Loise suspiró apenas. Johnny la miró. Pobrecilla, aquella escena debía ser difícil para ella. Johnny se centró en la escena. Él también hubiera querido ser el hombre de la película y tomar en sus brazos a la joven y estrecharla como entonces. Echó ligeramente la cabeza hacia atrás y trató de no pensar en sí mismo.
    En un instante determinado, Johnny pasó su brazo alrededor del cuello de Loise. Ella reaccionó ligeramente como una adolescente nerviosa.
    - ¿Pasa algo?- preguntó Johnny.
    - No…es que…
    - Nada…¿qué nunca fuiste con tu primer novio al cine?
    Loise sonrió. Vaya que era simpático Johnny.
    El desenlace llegó y, con él, la digestión de las dos bolsas grandes de palomitas de maíz y dos grandes vasos de refresco.
    - Creo que me voy a indigestar con las palomitas- sonrió Johnny.
    - Yo también. Tenía tanto que no las comía…
    - ¿Quieres ir a otro lado ahora? No tengo ganas de llegar a la casa. ¿Aceptas?
    Loise sonrió.
    - Está bien, vamos. Pero, ¿a dónde?
    Johnny pensó.
    - Vamos a escuchar algo de música. Y de paso, podemos bailar.
    Loise aceptó y marchó con Johnny hacia aquella discoteca.

    Estando ahí, Johnny comenzó a interrogarla.
    - Vamos a ver…creo que traigo la mente despejada como para adivinar tu nombre…Lady?
    - No…
    - Déjame pensar…Lily…
    Loise se divertía.
    - Ya quemaste dos oportunidades. Más suerte para la próxima- guiñó el ojo.
    Johnny movió la cabeza.
    - ¿Se puede saber por qué no quieres que averigüe tu nombre?
    - No es eso…mi nombre es…irrelevante. ¿Por qué insistes en conocerlo?
    - Porque eres la mujer que me está ayudando a salir de este encierro, de este dolor. Tengo derecho de saberlo, ¿no crees?
    Entonces, se le ocurrió inventarse un nombre.
    - Bien, entonces…llámame solamente…Lory…
    - Ese es tu nombre entonces…
    - Ese es el nombre con el que quiero que me llames…
    Johnny aceptó.
    - Tú ganas...Lory. ¿Quieres bailar?
    - Por supuesto.
    Se levantaron ambos y estuvieron bailando una canción un poco romántica que los mantuvo en la pista algunos momentos.
    Video
    Johnny sentía como brisa fresca el cuerpo de “Lory” que se abrazaba a él. Su perfume era como una nueva esencia que llegaba a su memoria. Loise, por su parte, sentía protección y seguridad junto a él. En ese momento se olvidó de todo. Descansó de tanto dolor, pero sabía que no podía ni debía enamorarse de él. Al menos eso era lo que ella creía.

    Estaban tan contentos de lo mucho que se habían divertido que entraron a la casa y se tendieron a dormir sin más. Sus cuerpos cansados también echaban de ver dos almas agobiadas que comenzaban a recuperarse de tanto sufrimiento.

    Cap. 20
    En la mañana, Johnny se dio cuenta que Lory estaba ya en la ducha.
    Se divirtió al ver que iba a tardar en salir.
    Decidió fumar un poco mientras bebía una copa antes de meterse a la ducha.
    Loise salió en toalla. Luego recordó en dónde se encontraba.
    - Perdóname…es la fuerza de la costumbre.
    Johnny sonrió ligeramente.
    - No te preocupes…todo está bien…voy yo…
    Loise asintió. Luego notó que había dejado el cenicero lleno de residuos de cigarro.
    - ¿Te fumaste todo esto?- preguntó.
    - Sí, ¿por qué?- dijo él antes de entrar a la ducha.
    - Es que…es demasiado. Algo me dice que voy a ayudarte a quitarte ese vicio.
    - ¿Crees que puedas?- desafió Johnny.
    - ¿Es un reto?
    - Quizás…podrías intentarlo solamente.
    - Lo conseguiré…y te lo voy a demostrar.

    Johnny sonrió. Iba a ser divertido verla quitándole el vicio del cigarro.
    “Löuie nunca pudo…”- pensó. Pero tal vez esta mujer sí lo conseguiría.

    Durante unos días, estuvieron divirtiéndose mucho. Johnny la llevó a conocer a algunos amigos y la llevó a uno que otro concierto de rock.
    Video
    Le había bastado el nombre que ella le había pedido que usara. Pero no se iba a quedar de brazos cruzados. Tenía que averiguar su verdadero nombre.
    Sólo un día, ella permanecía muy seria.
    - ¿Te ocurre algo, Lory?
    - Nada…es que…tengo que salir.
    - ¿A dónde?
    - Pues…ya sabes, tengo que revisar algunos asuntos de tus clientes. Pero…voy a tardar un poco más.
    Johnny no quería preguntarle.
    - No debería preguntarte…es tu vida y yo no soy nadie para saberlo.
    - No digas eso…es que…es algo muy personal.
    Johnny sintió algo como una especie de celos.
    - Ya veo…entonces…ve…yo voy a estar aquí de igual forma.
    Loise sonrió.
    - No tardaré, te lo prometo.

    En un rato más, la vio partir.
    En ese instante, se dio cuenta de que le dolía que no le dijera a dónde iba. ¿Por qué? Debía darle lo mismo. No era de su propiedad, no era ni siquiera su mujer…no existía ninguna clase de vínculo entre los dos. ¿Qué le podía importar lo que hiciera?
    Durante horas estuvo revisando sus cuentas. Pero no podía sacarse de la cabeza a “Lory”. Sin embargo, sabía que volvería. Ella no lo dejaría así como así sin avisarle.
    Sin embargo, también sintió que, cuando se tuviera que marchar iba a ser inevitable. Por eso tenía que aceptarlo…dejarla ir y no aferrarse a su dulce presencia.
    Video
    Mientras revisaba las cuentas, intentó fumar un cigarrillo. Pero vino a su mente Lory. Ya había comenzado a prohibirle fumar:
    “- Si sigues fumando, no te alcanzará tu dinero para recuperarte de un enfisema o un cáncer. ¿No lo habías pensado?
    - Sí- respondió él- pero…como a nadie le había importado.
    - Perdón que me meta…¿tu esposa nunca te lo dijo?
    - No…ella fumaba más que yo…
    - Lo lamento. Pero bueno, ya habíamos dicho que te iba a convencer. Así que lo primero es quitarte los cigarros.
    Johnny negó.
    - Por favor, no lo hagas. Te prometo que lo intentaré. Tomaré en cuenta tus consejos.
    - Si te descubro fumando, ya no saldré contigo.
    - Bien, entonces, vale la pena intentarlo.”
    Pensó que ella no se encontraba. No podría descubrirlo. Pero eso no sería honesto. Entonces pensó en esconderlos en un cajón y tomarse un café en lugar de fumar.
    Fue difícil pero lo consiguió. Durante un tiempo pudo conseguir olvidarse de fumar; notó que no iba a ser tan crítico como creía.
    Pero los celos aún carcomían su interior. ¿A dónde habría ido Lory?
    Al poco rato, sonó el timbre.
    - Hola…¿puedo pasar?
    Johnny lo jaló y le dio un golpe en la cara. Aquel hombre no respondió nada.
    - Eres tan cobarde. ¿A eso viniste? ¿Solamente a que te propinara un golpe?
    - No…vengo a advertirte.
    - ¿A advertirme qué?
    - Que no te relaciones con esa mujer…
    Johnny lo hizo pasar.
    - Perdóname que no te ofrezca nada pero quiero que te vayas enseguida. Vamos, anda, suelta lo que traes.
    - He venido a decirte que esa mujer, Tristesse, es una mala mujer.
    Johnny negó.
    - Pierdes tu tiempo. No pienso escucharte. Por la simple razón de que entre ella y yo no hay nada. Pero dime, ¿acaso tú…?
    - No exactamente. Natasha me puso al tanto. Yo quise comprarla pero alguien lo impidió. Una amiga suya, creo. Pero si esa mujer estaba en ese lugar, no es de fiar. Según Natasha, esa tipa es lo de peor que puedes encontrar.
    - Lo dicho, no debiste molestarte en venir hasta aquí para ponerme al tanto. Me tienen sin cuidado los comentarios de Natasha y los tuyos.
    - ¿Ya olvidaste todo el tiempo que fuimos amigos?
    - De verdad que no te mides. ¿Te parece poco el cinismo con el que te presentas, después de lo que hiciste? ¿No te bastó haberte burlado de mí todo este tiempo? Será mejor que te largues antes de que te vuelva a golpear.
    - Haz lo que quieras…yo ya conseguí ponerte al día. Será cuestión tuya si esa mujer hace algo malo.
    - Tendré en cuenta tus “consejos”. Ahora, retírate de mí vista.
    Cuando Dean se marchó, Johnny golpeó algunas cosas. Estaba enfurecido y decidió tratar de calmarse por su propio bien. ¿Y dónde estaba Loise?
    En el cementerio, llevando flores para su difunto esposo. Aquel día se cumplían meses de haberlo perdido definitivamente.


    Cuando Loise volvió, Johnny estaba despeinado, molesto y con el rostro compungido.
    Se acercó y le preguntó.
    - ¿Qué te sucede?
    - Nada, ¿qué podría sucederme?
    - Oye, yo sólo quise ser atenta contigo…
    - Pues no era necesario, gracias…
    Loise notó que había un par de botellas de whiskey en la mesa, pero estaban vacías.
    - Ah, ya veo…ya se ve que bebiste de más.
    - ¿Y qué si bebí de más? Estoy en mi casa.
    - Nunca pensé que el alcohol consiguiera ponerte así.
    - No es el alcohol…es el hecho de no saber en dónde estabas.
    Loise trató de comprender.
    - No querrás culparme por eso. No tienes derecho de averiguar en dónde estaba. Pero te lo puedo decir, créeme. Estaba en el cementerio, llevándole flores a mi esposo. Hoy cumplía meses de haber fallecido y pensé que debía hacerlo. Habíamos quedado en que era algo personal. Pero te molestaste…y ahora veo por qué. Sólo buscabas el pretexto óptimo para beber…
    - No lo hice porque no estabas, no eres tan importante.
    - Ah, ¿no? Entonces eso significa que me puedo ir en este momento.
    Loise se marchaba pero Johnny la detuvo.
    - Por favor…no lo hagas…es que estaba triste…no sabía qué hacer…
    Loise comentó entonces.
    - Ah, ya veo…entonces vas a beber cada vez que te sienta triste. ¿Sabes lo que ha significado para mí descender hasta sentirse al nivel de una basura? Y eso es poco…el haber perdido a mi familia y la posibilidad de ella es lo peor que una mujer puede sufrir. Así que…si tú vas a beber…yo también.
    Se sirvió una copa pletórica de whiskey y la bebió rápidamente.
    - No comprendo qué les agrada tanto de esto…sabe horrible. Bueno, tal vez es la falta de experiencia…vamos por otra copa.
    Johnny trató de detenerla, pero Loise se bebió otra copa de un sorbo.
    - Listo…ya está…ahora estamos cerca de estar iguales…
    Johnny negó.
    - Trae acá…no vas a beber ni una copa más.
    - ¿Y cómo me lo vas a impedir?- gritó ella.
    Johnny la cargó y se encerró con ella en la regadera.
    - Los dos estamos mal…ven acá…-dijo abriendo las llaves de la regadera, apenas regulando el agua caliente.
    Loise le gritaba que la dejara en paz. Johnny la abrazó mientras el agua caía sobre los dos.
    - No pasa nada…sólo piensa…los dos estamos aquí porque hemos pasado por muchas cosas tristes…hace un rato vino alguien que se dijo ser mi mejor amigo…el que iba al Fantasy…con ese hombre me engañaba mi esposa. ¿Te das cuenta como me siento? Además…quiso decir cosas que me molestaron y lo corrí. Por eso estaba así, pero tú no tuviste que ver…¿me perdonas?
    Ella asintió y le pidió que la dejara salir. El cerró las llaves, tomó una toalla y le dijo.
    - Sécate, por favor. Vamos a cambiarnos de ropa o nos resfriaremos.
    Después de cambiarse por separado, se ducharon rápidamente también por separado y se fueron a dormir.
    Esa noche cada quien durmió en un lugar aparte.

    Lo mejor de todo fue a la mañana siguiente. Ambos se habían despertado con una resaca fenomenal.
    Loise le preguntaba.
    - ¿Dónde tienes los analgésicos?
    - Están en el botiquín del baño- dijo Johnny.- Sólo espera a que yo salga…
    Cuando él salió, sintió que la cabeza le seguía estallando.
    - Vamos a tomar un par de analgésicos. Yo ya no aguanto la cabeza.
    Compañeros del mismo dolor, decidieron tratar de recuperar las fuerzas perdidas.
     
    Top
    .
  2. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    Tristesse1

    Cap. 20

    Días después, la situación entre los dos era más relajada. Habían pasado por situaciones difíciles de enfrentar. Pero ninguno de los dos había querido aún hablar mucho sobre su pasado. Preferían vivir el presente.
    Johnny seguía descubriendo en Lory cosas que no había encontrado en ninguna mujer. “Lory” o mejor dicho, Loise, era tierna, generosa, sabía sacrificarse por él. Buscaba siempre la manera de estar ahí para cuando él la necesitara. No era sólo la gratitud de quien devuelve un favor. Ella realmente actuaba como una mujer dulce y desinteresada.
    En un día determinado, Johnny se enfermó de un crítico resfriado. Ella se pasó dos días cuidándolo, pendiente de los medicamentos y procurando que el ambiente de su recámara estuviera saturado de esencias de eucalipto y sauco para descongestionar sus pulmones.
    Cuando él se sintió bien, lo primero que hizo fue llevar a comer a Lory al lugar que ella más quisiera.
    Él tampoco actuaba tan sólo como un hombre agradecido. Ciertamente, sí sentía una profunda gratitud por la forma en que esa mujer lo había cuidado. Pero sentía más que eso…le gustaba estar a su lado. Era un sentimiento mucho más profundo.
    Cuando llegaron a comer, él pidió por ella.
    - ¿Hice mal en pedir por ti los camarones?
    - Por supuesto que no, son mis favoritos. Por lo visto, ya conoces mis gustos.
    - Más o menos, todavía hay cosas que no sé. Por ejemplo…¿cómo te gustan los hombres? No me malentiendas. Me refiero a cómo es tu idea del hombre perfecto.
    Loise lo miró con duda.
    - Tu pregunta es extraña pero voy a responderla. Mi idea del hombre perfecto es un rubio que mida casi dos metros de altura, ojos azules, boca regular…
    - ¿Es broma?
    - No…es en serio…ese es mi estereotipo de hombre perfecto.
    Él se quedó serio. Ella entonces soltó una suave carcajada.
    - Lo creíste. Te pusiste muy serio.
    - Algo me decía que era una broma.
    - ¿Por qué te parece tan raro que ese sea mi tipo ideal de hombre?
    - Porque eso sería el estereotipo más común de todas las mujeres.
    - De casi todas, el mío no. Yo tengo como tipo ideal un hombre maduro, capaz de demostrar interés por la persona a la que dice amar, que sea sensible, que pueda comprender con sólo una mirada…que sus ojos me digan mucho más de lo que sus palabras podrían decir…
    Johnny la miró fijamente. Ella bajó los ojos ligeramente.
    - ¿Y tú? ¿Cómo es tu tipo de mujer ideal?
    - Pues…no tengo una en especial…creo que una que esté tan loca como yo…que pueda comprender mis tonterías y entrar en mi mundo y yo en el suyo.
    Loise lo miró con duda.
    - ¿Por qué me preguntaste sobre mi tipo de hombre ideal?
    - No lo sé, quería saber algo más de ti.
    - Pues ya sabes mucho más de lo que yo hubiera querido que supieras de mí. Por ejemplo, sabes que ronco por las noches…bueno, a veces- sonrió.
    Johnny le respondió también con una sonrisa:
    - Yo también ronco, así que eso no es problema. En realidad, hay tantas cosas de ti que me parecen tan normales. Creo que no tienes defectos. En cambio yo…
    - No digas eso. Tú no tienes muchos defectos. Yo soy muy nerviosa, aprehensiva, un poco floja, no sé, hay tantos detalles. Incluso creo que tengo algunas manías.
    - La de dejar encendido el celular con música antes de dormirte.
    - Exactamente, es una de mis manías. Es que no puedo conciliar el sueño.
    Johnny se dio cuenta que él padecía de insomnio. Pero desde que llegó Lory, parecía sentir que éste se desvanecía y su sueño se hacía más placentero.
    - A mí me ha sucedido que ya puedo dormir tranquilo desde que llegaste.
    - Ah, ya veo, soy como una especie de somnífero. Vaya, no me conocía esa cualidad.
    Johnny sonrió al tiempo que comían alegremente aquellos camarones aderezados.
    Cuando terminaron, Johnny comentó:
    - Realmente no sé cómo fue que pude terminar. Estoy lleno.
    - Yo también. Creo que vamos a caminar toda la noche para poder hacer la digestión.
    Tras salir, caminaron por la acera.
    - Lory…tengo algo que decirte. Natasha está poniéndote en mal con sus conocidos.
    - No me importa. Ella y yo ya no tenemos ningún vínculo. Ahora que…si eso te afecta a ti.
    - En lo absoluto. A mí nada de lo tuyo me afecta…
    La detuvo con su cuerpo y la miró a los ojos. Ella entreabrió los labios.
    - En verdad, debo confesar que sí me puse celoso cuando no supe a dónde habías ido. Lamento mucho haberme portado como patán pero...me desesperé sin saber en dónde estabas. Creo que…empiezo a sentir algo muy hermoso por ti.
    Loise movió la cabeza.
    - No deberías, Johnny…yo sólo quiero ayudarte a salir de tu bache emocional. Si te relacionas conmigo, podrías salir muy lastimado.
    - ¿Por qué?
    - Porque…tengo un pasado y seguramente ese pasado se interpondría entre nosotros.
    - No digas eso- respondió tomándola de los hombros.- Mi pasado ha sido más desastroso antes de conocerte que después. Si no hubieras venido yo estaría hundido en mi dolor y mi resentimiento contra quien creí mi mejor amigo. Pero ahora…creo que soy capaz de perdonarlo.
    - Eso es porque eres bueno, Johnny…sólo por eso- respondió ella dulcemente.
    Johnny, sin embargo, le devolvió un beso suave que la hizo sentir que se estremecía. Realmente entendía ahora por qué Amy lo había considerado enigmático. Aquel hombre le había dicho más con los besos que con sus palabras.
    - Aún así…no quiero lastimarte.
    - No lo harás. Espero que mi declaración no te haya molestado ni cambie tu opinión respecto a mí.
    - Claro que no…es sólo que quiero que seamos amigos. No creo ser la persona indicada para ti.
    - No te preocupes. Ya lo averiguaré. Ven, vamos dar un paseo más largo.

    Cuando volvieron a la casa, Johnny estuvo revisando sus asuntos de compra venta. Ella se acercó.
    - ¿Te puedo ayudar?
    - Claro, dime cuántos clientes están en esta lista.
    Loise revisó. De pronto se topó con su nombre en ella.
    - Dime, ¿conoces a…Loise G…?
    - Sí, bueno, no, es la clienta a la que no he podido contactar. No la conozco personalmente. Sólo he hablado con ella por teléfono.
    Loise se dio cuenta que se trataba de ella.
    - Ah, ya veo. Con razón el otro día no la encontré…
    - Dime, ¿tú la conoces?
    - No…tampoco-mintió- pero quizás la próxima vez que trates de contactarla, podrías dar con ella.
    - Eso espero…ese asunto me tiene preocupado. No puedo comprarle su casa porque nunca podemos coincidir- dijo frotándose los ojos.- Supongo que tiene prisa de venderla.
    - Debe ser…a veces, cuando los recuerdos están a la vista, es mejor deshacerse de las cosas que lastiman- suspiró.
    Johnny la notó un poco rara pero eso de ella también le agradaba.

    - Hablas como si conocieras a esa mujer.
    - Quizás no…es sólo que soy mujer y cuando se trata del pasado…
    Johnny la interrogó.
    - Siéntate…vamos a sacarlo…anda, cuéntame, ¿qué te hizo llegar a donde estabas? ¿A hacer lo que hacías?
    Loise no sabía qué responder exactamente.
    - Ni yo misma lo sé, sólo recuerdo ahora que sólo fue la música. El hecho de tocar para otros era mi pasión y tuve que canjearla por la pasión de alguien más por el dinero.
    Johnny le acarició el cabello suavemente.
    - Pobrecita…es horrible cuando tienes que ceder y que alguien más utilice tus emociones para su propio beneficio.
    - Yo no le permití tener acceso a lo más profundo de mí…sólo pudo aprovechar lo que yo quise manejar. Pero aún así fue horrible.
    - Me imagino…pero, ¿por qué llegaste ahí con Natasha?

    Loise le contestó:
    - Perdí a mi familia…después de eso, quería hacer sólo algo que me ayudara a salir adelante.
    - Ahora entiendo…te pasa algo parecido a mí. Yo perdí a los míos y sólo quería morirme…después pensé que recuperar mis negocios me ayudaría pero ya ves…aún así, lo mejor que me ha pasado lo encontré en ese sitio.
    Loise no respondió nada.
    - Lory, por favor…créeme…desde que tú llegaste todo ha cambiado en mi vida.
    - No soy yo, Johnny, eres tú, el que todo está viendo de otra forma…eres un hombre que sabe renacer de sus cenizas.
    - Tú no me viste derrotado como estaba…tú no habrías creído que podría salir adelante si me hubieras conocido cuando todo acababa de pasar.
    - Quizás fue muy reciente…es sólo eso…
    - Lory, ¿por qué no quieres recuperar esa oportunidad de reencontrarte…?
    - Permíteme ayudarte a ti, cuando tú estés totalmente bien, podré pensar en mí, ¿quieres?
    - Sigo pensando que eres una mujer maravillosa, Lory.
    Loise le preguntó de nuevo.
    - ¿Quién te contó que Natasha está hablando mal de mí?
    - El estúpido de Dean me lo dijo.
    - ¿Lo sigues viendo?
    - No, cometió la tontería de venir a verme, aun cuando sabe que él y yo no somos amigos más…no sé qué tenía en la cabeza cuando lo hizo.
    - Ese tipo nunca ha tenido sesos- respondió Loise.
    - Y yo no termino de devanarme los sesos pensando en cuál es tu nombre real…
    Loise respondió.
    - Ya lo averiguarás…ya lo verás. Pero ahora, sólo quiero decirte que…gracias a ti puedo sentirme realmente útil.
    - Eres magnífica…
    Trató de besarla pero ella se lo impidió. Johnny ya no quiso obligarla.

    Esa noche durmieron separados. Ella quería su espacio. Él se sintió bien de dárselo. El tiempo del pagar esa deuda se iba terminando poco a poco. Y el tiempo de comenzar una nueva historia había llegado.
     
    Top
    .
  3. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    Tristesse21

    Cap. 21
    El tiempo en que durmieron juntos había pasado. El hecho de ser ahora tan sólo una secretaria y un jefe había establecido una barrera entre los dos donde ahora se habían perdido un poco la confianza que se habían tenido durante el tiempo que estaban adoloridos por las pérdidas y la reivindicación. No era que no le tuviera confianza pero ahora sentían una especie de respeto escondido por ambos que les impedía hablarse con total libertad.
    Johnny trataba de acercarse, pero tenía miedo de insistir puesto que pensaba que si lo hacía, ella se iría definitivamente. Y ahora, menos que nunca, quería perderla a ella.
    Habían pasado dos meses y él no había podido adivinar el nombre de ella. Insistía, habiendo repasado todos los posibles y dándose cuenta que no se trataba de ninguno.
    Eso lo ponía un poco intranquilo pero pensaba que, en el momento más inoportuno, lo adivinaría o la convencería de decírselo.
    Sin embargo, notaba que ella estaba un poco rara.
    Hablaba poco y apenas comía. Estaba preocupado y no quería intervenir en lo que en su mente se presentaba. Le parecía una total falta de respeto a su privacidad.
    De aquellas palabras que habían emanado sobre una posible relación casi nada quedaba. Ella no se dio por enterada y él pensó que se había tratado de un no.
    Aún así, se sentían unidos a través de su música. Johnny le había comprado un piano y ella amenizaba las noches tocando para él.
    Esa comunicación a través de las melodías servía para poder decirse lo que con palabras no se atrevían.

    Una noche, cuando terminaba de tocar una melodía favorita de él, ella le dijo.
    - Johnny…creo que es mejor que me vaya de una vez.
    Johnny la miró con sorpresa y observó.
    - No estarás hablando en serio.
    - Lo es…creo que es momento de que me vaya. Tú ya estás mejor y creo que ya no me necesitas.
    Él se acercó y la tomó por la cintura.
    - No digas eso…yo te sigo necesitando.
    - Por favor…esto no va a ser por siempre. No quiero que te hagas dependiente de alguien como yo que no tiene nada que ofrecerte.
    Johnny la apretó ligeramente contra él y la besó dulce y apasionadamente. Ella trató de evadirlo pero no pudo. Aquel beso había sido para ella no sólo placentero sino necesario.
    - ¿Lo ves? Yo no te soy totalmente indiferente. Hay oportunidad de volver a empezar.
    - Un nuevo comienzo…es cierto, hay que volver a empezar…pero cada quien por su lado. Johnny, no me malentiendas. No quiero un compromiso contigo que esté cimentado en las razones que nos trajeron a estar aquí. Fue un acuerdo para escapar de nuestro dolor. No podemos dejar que trascienda sin darnos cuenta que algo no saldrá bien.
    - ¿Cómo sabes que no saldrá bien, si no lo intentamos? Que yo sepa, todavía no sabes nada de mí.
    - No creo que sea necesario saber más…con lo que sé me basta para saber cómo eres y admirarte.
    - En cambio yo, aunque te admiro, quisiera saber todavía más de ti.
    Ella sonrió. Johnny también. Entonces se dio cuenta de que no se rendiría fácilmente. Además, si se iba, pronto tendría que marchar a otro departamento o a un hotel, puesto que estaba decidida a vender la casa.
    - Está bien…solamente hasta resolver cierto asunto que tengo pendiente.
    - ¿Se puede saber de qué se trata?
    - Pronto lo sabrás…-sonrió.
    - Eres misteriosa…por cierto, ¿ya podrías decirme cuál es tu verdadero nombre? Aun me debes eso.
    - Es cuestión de tiempo solamente. Será más pronto de lo que crees. Ahora, si según tú quieres saber más de mí, ¿podrías hacerme el favor de traerme un café?
    - ¿Con cuántas de azúcar?
    - Adivínalo…
    Y así entre los dos estuvieron bebiendo café, jugando ajedrez y compartiendo poesía, al tiempo que, recostada en su hombro escuchaba la lectura de aquel hermoso libro.
    - ¿Sabes que mi fuerte no era precisamente literatura en la escuela?- comentó ella.
    - ¿Ah, no? ¿Cuál era tu materia favorita?
    - Las matemáticas…-reveló Loise.
    - Vaya…esa era precisamente la materia que yo más odiaba…esa y química.
    - ¿Por qué?
    - No tenía ni la más remota idea de qué podía reaccionar con qué…un día casi vuelo el laboratorio de ciencias.
    Loise soltó sonora carcajada.
    - ¿Por qué te ríes?
    - Es que…no te imagino ahí con tus lentes de seguridad, a punto de hacer estallar el laboratorio.
    - Hubieras visto la cara del profesor. Tuvieron que mandar llamar a mi padre y me castigó sin salir en un mes.
    - Qué horror, pobre de ti.
    - Por eso me decidí a escribir un tiempo y luego lo dejé como un hobbie. Pero una vez le escribí un poema a una novia que tenía…
    - ¿Y qué hizo?- preguntó Loise.
    - Me terminó. Creo que se ofendió.
    Loise reía.
    - ¿Qué le habrás escrito?
    - No sé…era sólo que sentía. Supongo que algo que dije la ofendió. En fin, supongo que si te escribo alguno a ti no te ofenderías.
    - Depende…
    Johnny pensó entonces en intentar escribirle un poema.
    Después de terminar de revisar la cartera de clientes, Loise se quedó dormida en el sillón. Johnny la cargó y la llevó a su cama. La contempló con ternura. Realmente la sentía tan cercana y su mayor interés era cuidar de ella. Sentía una gran necesidad de protegerla y evitar que le volvieran a hacer daño.
    Le acarició el cabello y suspiró hondamente. La cubrió con una manta y le apagó la luz.

    Al día siguiente, Johnny se había arreglado y estaba dispuesto para salir.
    Loise se levantó y se arregló. Le preparó el desayuno mientras él terminaba de alistarse.
    - ¿Vas a salir?
    - Sí, linda- respondió Johnny.- Me voy a reunir con la señora Loise para lo de la venta de su casa.
    Loise casi se atraganta con el café.
    - ¿Con la señora Loise?
    - Sí, le marcaré y espero que me atienda para detallar la venta de su casa. A menos que a ella ya no le interese vender su casa. Pero quiero asegurarme.
    - ¿Y si no va?
    - Sabré si me atiende o no si responde a mi llamada. Volveré enseguida, hermosa. Quiero llevarte al cine.
    - Está bien. Mientras pondré en orden los documentos de la compra-venta.
    - Me agrada. Te llamaré en un rato. Ponte guapa…más de lo que ya eres.

    Ella arqueó los labios en una sonrisa disimulada. Luego se apresuró a arreglarse. Era un buen día para las sorpresas.
     
    Top
    .
  4. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    New_photoshot_johnny_depp_37065897_570_800


    Cap. 22
    Johnny ya estaba muy cerca de la casa que estaba en venta. Marcó a la dueña. Ella no le respondió pero le dejó un mensaje que decía: “Por favor, espéreme, lo veré al medio día en mi casa.”
    - Por fin- dijo Johnny.
    Estaba decidido a realizar el trato. Tenía en su mano ya la información necesaria y ahora sólo faltaba conocer la casa.
    Estuvo buscando un regalo para Tristesse. Algo no ostentoso pero sí hermoso que pudiera arrancarle una sonrisa y quizás capaz de conseguir de ella un beso.
    ¿Qué le provocaba ella? Era una mezcla de emoción, dulzura, agrado…deseo. ¿Deseo? Sí…algo había de eso también. Pero ni por asomo quería permitirse sentir eso. No la había buscado por esa clase de servicios. Era lo que menos quería. Si consentía en el deseo que ella le provocaba, pensaría que sólo la había buscado para eso y la perdería quizás para siempre. Tenía que dejar eso de lado. Tenerla con él y poder conocerla era maravilloso.
    Revisó su reloj. Había llegado la hora.
    Detuvo su auto en la casa de Loise. Estuvo esperando un momento, para luego tocar el claxon y esperar.
    Al ver que nadie salía, se bajó del auto y tocó el timbre.
    Se compuso el saco y al fin alguien le abrió.
    Cuando se dio cuenta casi se va de espaldas.
    - ¿Lory? ¿Qué haces aquí?
    Ella sonrió débilmente. Estaba muy hermosa.
    - Hola, Johnny. Te presento a Loise Bridge.- dijo tendiéndole la mano.
    - Loise…es tu verdadero nombre- sonrió.
    Después del asombro, entró a la casa y comenzó a revisarla.
    - Como verás, es sencilla pero es necesario venderla. No tienes que buscar un buen comprador, la primera persona que ofrezca, será suficiente.
    - Pero tu casa bien lo vale, nena, buscaré a alguien que ofrezca lo justo.
    - Está bien, haz como tú quieras. Sólo espero que puedan comprarla cuanto antes…
    Johnny la miró a los ojos.
    - Haces bien en venderla. Si esto te causa dolor, es mejor que te olvides de eso. Además, estás conmigo ahora…
    - Sí, pero el dinero lo quiero para comprar un departamento. No viviré en tu casa por siempre.
    Johnny pensó que no era momento para hablar de ellos y asintió.
    - Bueno, no hablemos más. Habrá que conseguir al comprador.
    - Gracias.
    Después de cerrar la casa con llave, Johnny le dijo.
    - ¿Nos vamos ya al cine?
    - Bueno…me parece bien.
    Mientras marchaban al cine, él le preguntó.
    - ¿Por qué no me habías dicho que eras quien quería vender su casa?
    - No sabía que tú eras el que llevaba el asunto. Me acabo de dar cuenta y quise que fuera una sorpresa.
    - Y vaya que me sorprendiste. Y dime, ¿desde cuándo decidiste vender tu casa?
    - Desde que murió mi esposo…ya no quería estar en ella.
    Johnny la miró de reojo y luego le dijo.
    - Si me permites, me gustaría que me hablaras tú de eso en la casa…tú me has escuchado pero tú todavía no me hablas de lo que pasó.
    Loise bajó la cabeza y luego añadió.
    - Está bien, creo que me hace falta hablarlo…ya es tiempo.
    Ambos sonrieron. Después del cine, hablarían al respecto de todo lo que ella había pasado y eso le serviría para sentirse mejor.

    Entraron al cine y escogieron una película algo romántica.
    Se trataba de un drama en el que el tiempo no podía separar a dos amantes que habían luchado por permanecer unidos por siempre.
    Johnny la miraba de reojo. En un momento de la película, pasó su brazo alrededor del cuello de Loise. Ella le dejó hacer. Una vez hecho eso, se volvió frente a ella y dijo entre los labios su nombre para depositar un beso suave y delicado que se fue haciendo cada vez más profundo y dulce. El beso se fue haciendo más intenso, durando varios minutos. Luego, él se apartó tras un suspiro y dijo pasando los dedos por su boca:
    - Tu carmín sabe a fresa…
    Ella sonrió y se abrazó a él mientras terminaba la película.
    Cuando salieron fueron a cenar a un restaurante y ahí conversaron acerca de la pérdida que sufrió Loise.
    - ¿Qué sucedió esa noche?
    - Pues…salió. Discutimos…apenas si se despidió de mí. Yo lo llamé para poder aclarar las cosas pero no me respondió. Pensé que tal vez estaba manejando y no podía responder. Pero un rato después, el celular parecía muerto. Entonces fue que empecé a hacer pesquisas para poder saber qué había sucedido. Y fue cuando me enteré en qué hospital estaba. Al principio, no me daban muchos detalles. Tuve que esperar muchas horas, puesto que había otra familia que estaba en las mismas en otro pasillo. Al parecer el hombre estaba delicado y la mujer igual. Poco tiempo después, me informaron que un hombre había fallecido. Primero pensé que se trataba del otro hombre pero luego…me enteré que era mi esposo…
    Loise se quedó en silencio. Johnny la miró y tomó su mano.
    - Lo siento mucho…dime…¿todavía lo extrañas?
    Esa era una pregunta delicada. Johnny lo comprendió y movió la cabeza.
    - Lo lamento…no debí preguntarte. Supongo que sí…pero, es curioso. Yo ya casi no extraño a Loüie.
    - Yo tampoco extraño a Clark, no como esposo, siento que la herida que dejó su ausencia ya sanó. Tal vez me siga doliendo saber que se fue y que no pude despedirme de él pero…ahora entiendo que tenía que cerrarse un ciclo en mi vida.
    - ¿Y ya lo cerraste?
    - Eso creo…estoy cerrando una estela de dolor…especialmente por lo bajo que caí…-hizo una pausa.
    John la abrazó.
    - Ya no tienes que pensar en eso. Nunca sabemos qué nos depara el destino. A veces, antes de salir a flote, tenemos que caer para que subamos aún más…y tú estás ya muy arriba. Me ayudaste también a mí a subir.
    - No, Johnny…has sido tú quien me ha ayudado a subir.
    - Y ya que los dos estamos arriba- continuó- ¿puedes darme un beso que me eleve aún más?
    Ella sonrió entre lágrimas para besarlo, mientras las lágrimas de los dos se mezclaban en sus rostros y caían como bálsamo entre sus labios.
    Johnny las secó con sus labios, mientras ella también bebía el llanto de él para luego volver a casa con las heridas aún más cicatrizadas.
     
    Top
    .
  5. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    depp30n_1_web


    Cap. 23

    Johnny logró vender la casa de Loise. En cuanto tuvo el dinero en sus manos se lo entregó a Loise para que ella dispusiera de ello libremente.
    - Esto es totalmente tuyo. Puedes hacer con ese dinero lo que más te convenga.
    - Me gustaría emprender un negocio. Pero me gustaría mucho que tú me ayudaras.
    - Por supuesto, si está en mis manos hacerlo, claro que te ayudaré- sonrió Johnny.
    Loise continuó:
    - Quisiera poner una tienda de música, pero tendrá que esperar porque ahora necesito encontrar un departamento.
    - Yo no te he corrido de aquí- decía Johnny con un tono más esperanzador.
    - Lo sé, tú jamás lo harías, es sólo que ya no quiero dar más molestias. Tú necesitas tu espacio, tu privacidad.
    Johnny la tomó de la barbilla y le dijo:
    - Desde que tú llegaste te has convertido en parte de mi ser y no necesito privacidad, porque tú estás presente en cada parte de mi entorno. Por eso…quiero pedirte un favor.
    - ¿Cuál?
    - Que vuelvas a dormir conmigo…tú me entiendes, sin compromiso de parte tuya. Sólo como al principio, para compartir ese momento contigo. Me portaré como todo un caballero.
    Loise bajó la cabeza.
    - No estoy segura, Johnny.
    - ¿Por qué no?- preguntó él un poco dubitativo.- Te garantizo que sólo dormiremos…
    Sin embargo, Loise sabía que entre ellos las cosas eran diferentes. Se entendían demasiado bien y ella podría no permanecer indiferente al hecho de tenerlo cerca en la cama.
    - Es que…
    - ¿Qué, Loise? ¿Acaso algo ha cambiado en tu relación para conmigo?
    Loise lo miró a los ojos. Un beso apasionado surgió entre los dos. Johnny sabía y sentía que ambos se miraban de diferente forma.
    - Espera…
    Pero Loise se fue a su habitación para estar a solas.

    Horas más tarde él se encontraba en su despacho. Bebía un café mientras ella se acercaba para ofrecerle un té.
    - Perdón, no sabía que estabas tomando café.
    - No te preocupes. No me quedó tan rico como a ti. Me caería mucho mejor tu té- dijo tomando la taza y entregando una sonrisa.
    - ¿Ya te vas a dormir?
    Por un momento, Johnny tuvo un deja vú. Sentía que ese momento ya lo había vivido anteriormente con Loüie. Pero se quedó en espera de lo que sucedería. No quería que se repitiera el mismo error.
    - Aún no…todavía tengo mucho trabajo. Pero…dejaré lo que estoy haciendo si me acompañas a cenar.
    Loise sonrió.
    - Está bien, entonces me apresuraré a arreglarme para que vayamos a cenar. Con tal de que dejes esto de una vez por hoy.
    Johnny sintió que las cosas tomaban otro rumbo. Tenía esperanzas de enamorar a Loise y de cambiar la historia para bien.
    Salieron hacia un restaurante elegante.
    Johnny se comportó como todo un caballero. Tenía tanto que no salía con una mujer a un sitio como ése. Para Loise también fue una oportunidad excelente para disfrutar de una cena romántica y pasar un rato agradable en compañía del hombre que la había ayudado en todo sentido a salir adelante en las circunstancias más difíciles de su vida. Era el héroe de la historia y gracias a su ayuda, Loise se sentía por fin de nuevo una mujer completa.

    Cuando llegaron al restaurante, Johnny apartó la silla para que Loise se sentara.
    - ¿Jamás habías venido a este sitio?
    - No, Johnny. Este lugar es muy hermoso.
    Luego se quedó pensativa.
    - ¿Qué sucede?
    - Es que…tal vez hayas traído a alguien aquí antes…
    - Por supuesto que no. Jamás te llevaría a un sitio que me trajera recuerdos de otra persona. Este lugar fue uno de mis favoritos porque decían que era muy bonito y jamás pude venir. Pero ahora sí puedo hacerlo contigo…
    Ella sonrió abiertamente. Estaba dispuesta a pasarla muy bien.

    Durante la velada, Johnny estuvo haciendo reír a Loise. Ella no podía evitar sonreír sin más.
    - ¿De qué te ríes, Loise? No es broma, de verdad eso me pasó.
    - Es que lo dices de una forma que parece que no te sucedió a ti. No sé, no te imagino haciendo pasteles.
    - Pues lo hice, pero tuve muy mala suerte.
    - Pobre de ti.
    Mientras conversaban brindaban un poco más. Johnny procuraba no beber mucho.
    - No debes beber más- insistía Loise.
    - No te preocupes, gracias a ti no pienso beber de más. Siento que ahora tengo una motivación para no beber.
    - No digas eso, siempre, independientemente de mí, tú debes sentirte motivado a no beber. La bebida no debe ser nunca una salida fácil para ti.
    - Y no lo será. Tengo bien claro lo que quiero…
    Las palabras de Johnny se clavaron en el corazón de Loise sintiendo que iban más allá de lo que imaginaba.
    Conforme la noche avanzaba, ellos ya estaban más unidos.
    Bailaron un poco juntos, aunque se echaba de ver que Johnny casi no sabía.
    Loise se sentía especial, como si volviera a vivir, como cuando se había enamorado por primera vez.
    Johnny aprovechaba cada instante para portarse como caballero y demostrarle lo que sentía por ella.
    Beso a beso, la comunicación entre ellos era aún más intensa.
    - Loise…de verdad, quiero que sepas lo feliz que me haces…
    - No te sientas atado a mí, Johnny- susurraba.
    Pero Johnny insistía.
    - No es así…al contrario, me siento unido a ti cada momento.
    Pasado un rato volvieron al departamento.
    En la penumbra, los besos se fueron cada vez más intensos. Era casi seguro que aquellas caricias iban a culminar con la unión completa.
    Pero Loise lo detuvo a tiempo.
    - No por ahora, Johnny…no quiero apresurarme. No quiero confundirme.
    - Sólo te pido algo…no me dejes dormir solo. Te prometo que no haré nada que tú no quieras. Además, esta noche estoy muy cansado, aunque feliz.
    - Está bien…vamos a descansar. Ve a cambiarte y voy a la cocina por un café para los dos.
    La noche se alargó con los silencios de ambos.
    Vieron un poco la televisión hasta que el sueño los venció.
    Se fueron a la habitación.
    Johnny se durmió primero.
    Una vez que Loise se dio cuenta que Johnny ya estaba dormido, ella se recostó.
    Pasó la noche casi en vela tratando de estar tranquila.
    Johnny no despertó durante las horas siguiente. Eso la hizo quedarse profundamente dormida.
    -----------------------------------
    Días después, seguían sintiéndose unidos pero no hablaban acerca de sus sentimientos.
    Y las noches empezaban a pasarlas insomnes.
    Una noche Loise dormía, cuando notó que Johnny se había levantado. Se dio cuenta que la luz de baño estaba encendida.
    Se acercó despacio. Quizás Johnny se sentía mal y quería saber en qué podía ayudarlo.
    Su sorpresa fue mayúscula cuando se dio cuenta que Johnny estaba provocándose a sí mismo el goce sexual en ausencia de pareja.
    No lo interrumpió. Sólo se dio cuenta de lo sucedido y volvió a acostarse, fingiendo que estaba completamente dormida.
    Johnny volvió a la cama más relajado, tratando de dormir profundamente.
     
    Top
    .
  6. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    Bqc_D4ve_CIAAei_Is





    Capítulo 24
    Después de ese suceso, Loise trataba por todos los medios de apresurarse a encontrar un departamento. Salía continuamente para buscar un lugar a donde ir a vivir. Johnny, por su parte, se preocupaba por no saber nada al respecto de lo que Loise hacía. Por momentos, sentía que ella lo evadía pero no quería insistirle, porque pensaba que si trataba de hablar de ello, Loise se molestaría con él y se iría. Eso era lo que menos deseaba. ¿Qué hacer entonces? Si no lo hablaban, sería también una situación complicada. No quería perderla para siempre por cobardía. Estaba decidido. No daría marcha atrás.

    Loise visitó el cementerio. Dejó unas flores para Clarke y se despidió definitivamente.
    - Lo siento, Clarke…seguir así, visitando tu tumba siempre no me dejará crecer…y realmente quiero rehacer mi vida. Pero tu recuerdo sigue siendo un lastre. Te amé mucho y eso siempre estará presente en mi corazón. Sin embargo, ahora tengo que renunciar a mi pasado si es que quiero seguir adelante. Siempre tendré tiempo para traerte una flor. Adiós, Clarke.
    Cerró aquel capítulo por fin y el viento fustigó sus cabellos, despejando sus pensamientos.
    Deambuló por muchos lugares, buscando un buen departamento pero no sabía cuál escoger. Los precios variaban y quería tener algo seguro para poder mudarse cuanto antes.
    Como ya era tarde decidió volver a la casa. Johnny no estaba ahí.

    Johnny había vuelto al Fantasy. No estaba muy seguro de volver, pero sabía que no sería para buscar la compañía que acostumbraba. La tenía cerca de él y no la perdería por nada.
    Buscó solamente a Amy y la encontró en la barra.
    - Guapo…¿cómo estás?
    - Ven, necesito hablar contigo…-dijo abordándola.
    Subieron a la habitación. Cerró la puerta y le dio un gran abrazo.
    - Hola, bonita. Tenía muchas ganas de saludarte- decía mientras la abrazaba como un gran amigo.
    - Hola, Johnny. Yo también quería verte. Dime, ¿cómo está nuestra amiga?
    - Pues bien…ahora ya sé tantas cosas de ella. Y estoy enamoradísimo de Loise.
    - Ya sabes cómo se llama- sugirió Amy.- Y dime, ¿qué ha pasado entre ustedes?
    - Por el momento nada, pero a partir de hoy, pasará. Pero por eso quería verte. Dime, ¿crees que ya es momento de que Loise y yo…?
    Amy lo miró extrañada.
    - No me digas que Loise y tú todavía no…
    - No, Amy. Ella y yo estamos juntos pero no ha habido nada entre nosotros. Nos hemos ayudado mutuamente. Pero ahora yo me he dado cuenta que la amo más que a todo…y no la quiero perder. Estoy dispuesto a seducirla para ganarme su corazón definitivamente. Estoy seguro que si lo hago ya no me rechazará.
    - Entonces, hazlo. Decídete.
    Amy y él estuvieron platicando un poco sobre Loise y un poco sobre ella. Johnny le dio algunos consejos.
    - Si todavía quieres, puedes ser mi asistente. A Loise no le molestará. Es tu amiga y ella será definitivamente el amor de mi vida. Ya no será mi secretaria.
    - Tendría que pensarlo, Johnny, pero te agradezco mucho tu atención para conmigo.
    - Entonces, piénsalo- concluyó Johnny.- Gracias por tus consejos. Es tarde. Tengo que volver.
    - Espero que regreses pronto para platicar y que me cuentes si todo salió bien con ella.
    - Te lo prometo. Tú serás la primera en enterarte. Por cierto, ¿no ha vuelto Dean por aquí?
    - No, para nada. Creo que Natasha y él pelearon.
    - Mejor, así cuando venga no tendré sorpresas desagradables.
    Se despidieron y Johnny bajó como si nada.
    Natasha le preguntó.
    - Dime, Amy, ¿a qué vino Johnny?
    - ¿No se nota, o te lo explico con más…detalles?- dijo Amy, con una leve sonrisa.
    Natasha arqueó los labios.
    - Últimamente estás muy rara pero yo descubriré qué es lo que pretendes, niña.
    Amy la vio marcharse. Parecía que todo estaba bien con ella.

    Loise estaba en la habitación, dispuesta a dormir, aunque estaba preocupada por Johnny. Observó el reloj un rato hasta que notó que era tarde. Se acercó al piano y estuvo tocando una pieza.
    Video
    Johnny llegó entonces.
    - Pensé que ya te habías dormido.
    - Te estaba esperando.
    Johnny asintió. No se atrevió a preguntarle detalles.
    - Vengo de ver a Amy…
    - ¿A Amy?- preguntó sorprendida.
    - Sí, pero no fue para lo que crees…sólo quería saludarla. Me preguntó por ti y te envía saludos.
    - Gracias- dijo Loise, cerrando el piano.- ¿Quieres un café?
    - No…es mejor que vaya a dormir. Si quieres, duérmete tú. Yo me quedaré un rato aquí viendo televisión.
    - Está bien…gracias.

    Dejó que se fuera a descansar. Loise estaba algo nerviosa. Bebió algo de agua. Se colocó su camisón y se acomodó en la cama sintiendo que apenas podía consentir las sábanas. Daba vueltas en la cama. Entre tanto desasosiego pensó en ir a darse un baño.
    Pero entonces Johnny entró en la habitación. La miró con decisión, de una forma que ella jamás le había conocido. Eso la turbó.
    - Johnny…
    - Tranquila- dijo callándola.- No digas nada…sólo déjame hacer…
    Loise casi entrecerró los ojos, permitiendo que Johnny se encargara de todo. Sus caricias empezaban a embelesarla. Esta vez ya no se resistió. Despacio la llevó hasta la cama y entre caricias y besos, la sedujo y convenció para estar juntos por fin.
    Sus besos dibujaron siluetas por su piel. Ella también lo acariciaba sintiendo que después de mucho tiempo podía amar de verdad.
    Aquella noche ambos se reconocieron como tanto habían deseado. Estaban juntos, unidos al fin, entregándose como jamás lo hicieran, aun cuando ella había ejercido la profesión más antigua. Pero Johnny olvidó eso por completo. Sólo estaba con Loise, no con Tristesse, aunque las dos eran caras de la misma mujer. Sin embargo, la que él tanto amaba era una sola y era a quien se entregaba ahora sin medida.
    - Anhelaba tanto tenerte así…entre mis brazos- susurraba él entre leves gemidos y suspiros.
    - Johnny…te amo tanto…de verdad…me siento tan feliz de ser tuya.
    Ambos se comprendieron tan bien que encontraron juntos el éxtasis, exhalando un profundo suspiro mientras recuperaban la respiración.
    Momentos después, sólo podían mirarse y besarse cortamente para permanecer uno al lado del otro sin palabras. Ahora parecía que en verdad aprovechaban la oportunidad que tenían de volver a ser felices.

    Edited by la_unica_sra_d_sparrow - 8/8/2016, 01:30
     
    Top
    .
  7. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    Cap. 25
    Johnny despertó en la madrugada. El cabello de Loise estaba a su lado. Lo acariciaba con los dedos mientras la miraba dormir. Ella despertó y sintió el cuerpo de Johnny junto a ella.
    - Johnny…¿estás despierto?
    - Desperté apenas, tu calor me hace descansar. Te ves muy hermosa durmiendo. Eres una hermosa visión, ¿sabías?
    Loise sonrió y degustó el beso de Johnny.
    - Yo también me siento muy feliz. Tu calor me consuela. Me haces muy feliz.
    - Tú también…
    Entre besos apenas se dieron cuenta cuando ya estaban de nuevo entregándose tierna y apasionadamente. Loise guió esta vez el encuentro haciendo que Johnny temblara de emoción entre sus brazos.

    La mañana los encontró dormidos. Cuando él reaccionó, notó que ya era bastante tarde. No quiso despertar a Loise y se levantó para ducharse y preparar el desayuno.
    Luego, se lo llevó a la cama.
    - Se ve delicioso, Johnny, gracias.
    - No sólo se ve- aseguró Johnny- lo está. Come pronto para que no se enfríe. Disfrútalo.
    - Debía ser yo quien te atendiera…
    - Claro que no, yo quise hacerlo. Mañana te tocará a ti, ¿estamos?- explicaba Johnny.
    Loise asintió y se dedicó a disfrutar el desayuno, mientras le daba uno que otro bocado a Johnny.
    Después del desayuno, ella se duchó mientras Johnny la esperaba fumando un cigarrillo.
    Loise se acercó y se sentó junto a él. Johnny la abrazó.
    - Hermosa…quiero hablar contigo ahora mismo. No quiero dejar pasar más tiempo.
    - ¿Sobre qué?
    - Sobre nosotros…quiero decirte que te amo demasiado y no quiero perderte nunca más. Esta noche ha sido la más maravillosa que he vivido y por ella te prometo que habrá muchas más. Quédate conmigo. Supe que estabas buscando un departamento pero…no creo que sea buena idea. Si te vas, no sé si pueda resistirlo.
    - No te preocupes; no encontré un departamento que me convenciera. Supongo que tenía que ver mis ganas de no irme de aquí- reveló Loise.
    - Seguramente tuvo que ver mucho mi anhelo de que no encontraras otro sitio- argumentó Johnny acariciando sus labios.
    Entre besos cortos volvió a llevarla a la alcoba donde volvieron a estar juntos durante horas.

    Durante la tarde conversaron acerca de Amy y de las finanzas de la empresa en la que los dos participaban.
    - Después de tu casa- continuó Johnny- estoy colocando esta otra propiedad. Mira, estos son los detalles. Está completos en la carpeta. Hay que contactar al dueño y hacerle saber en qué va su venta.
    - ¿Ya hay posibilidades de compra?
    - Sólo un par de propuestas- continuó Johnny- pero creo que al dueño no le convencen del todo.
    - Bien, entonces voy a hacer promoción en internet para que la casa se venda lo más pronto posible- añadió Loise.
    - ¿Qué hiciste con lo que nos dieron por tu casa?
    - Invertirlo. No compraré de momento un departamento pero sí quiero ayudarte a pagar los servicios de tu casa.
    Johnny sonrió.
    - Estoy dispuesto a aceptar…con una condición.
    - ¿Cuál?
    Johnny tomó una caja que tenía en la bolsa. Loise la abrió y vio dentro de ella un hermoso anillo.
    - ¿Quieres casarte conmigo?- preguntó Johnny.
    Loise estaba desconcertada pero también emocionada.
    - Johnny…no sé qué responder.
    - Sólo tienes que decir que sí- añadió Johnny.
    La muchacha lo miró un momento y sonriendo aceptó.
    - Claro que sí, Johnny. Quiero ser tu esposa.
    - Esa respuesta es maravillosa- añadió Johnny estrechándola entre sus brazos con fuerza.

    Aquella noche volverían a salir para divertirse un poco y hablar acerca de sus planes a futuro.
    Estando en una mesa de un bar reían.
    - ¿Vestirme de blanco, Johnny? Esa sí que es una locura.
    - ¿Por qué? Me gustaría tanto verte vestida de blanco. Sería un nuevo comienzo.
    - No lo sé…
    - Anda- dijo tomando su mano- acepta eso. Puedes escoger el vestido que quieras, sólo que sea blanco. Te verás sumamente hermosa.
    Loise asentía.
    - Pensarán que somos un par de locos.
    - Que piensen lo que quieran…
    Mientras tanto, no lejos de ahí, Natasha y Dean bebían una copa.
    - Con que esos dos están juntos…ahora entiendo por qué Johnny fue a ver a Amy al Fantasy.
    - Pues…eso lo podemos arreglar- sonrió Dean, brindando con Natasha por el plan que prepararían para hacer que ellos dos se separaran bien pronto.
     
    Top
    .
  8. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    Capítulo 26
    Aquella noche, Loise y Johnny aprovechaban el tiempo para conversar sobre el futuro mientras compartían la cena y la bebida.
    - ¿Qué tienes pensado hacer ahora?
    - Quiero seguir ayudándote, si tú quieres- comentó Loise- y quiero seguir con mi música.
    - Hay una forma de lograrlo- invitó él.- Puedes poner una tienda de música, que tú misma administres. Y también podrías dar conciertos en vivo, de cámara, eso te permitiría tener más fama de la que ya hayas adquirido.

    Loise se quedó un poco seria.
    - No te pongas así, no me refiero a lo anterior.
    Le tomó la mano y continuó.
    - De ahora en adelante quiero que olvides todo lo pasado. No albergues en ti más recuerdos que los que tú y yo generemos a partir de ahora. ¿Quieres?
    Loise, entre lágrimas, asintió.
    - Gracias…y yo quiero construir para ti recuerdos hermosos que te hagan olvidar tu dolor.
    - Ese ya ha quedado atrás gracias a tu presencia.
    Sonreían, seguían conversando, ante la mirada lejana de Natasha y Dean.
    - Se ven tan dulces que rayan en lo patético.
    - No comprendo cómo él ha caído tan bajo. Pero ya nos encargaremos de arreglar esto.

    En tanto ellos reían de las ocurrencias de ambos.
    - Estás tan loco, pero te amo…-reveló Loise.
    - Me agrada escucharlo de tus labios.

    Una canción los hizo bailar juntos aunque apenas se movieran. Lo importante era compartir el espacio y la presencia.
    Video
    - De nuestros tiempos- comentó Johnny.
    - Así es…recuerdo haberla escuchado en la secundaria, me parece.
    - Yo la recuerdo…creo que de más atrás- sonrió.
    - No importa, para nosotros esa canción es de ahora…
    - De siempre, Loise- agregó dándole un beso suave.

    Pero en la noche el recuerdo de las notas de la canción les permitió mirarse intensamente…saborear los besos uno a uno, como gotas de miel que caían mutuamente de sus labios. Los susurros de Johnny en sus oídos erizaban su piel y la hacían caer en un letargo de amor del que no quería levantarse.
    Johnny se encendía de pasión conforme iba descubriendo su piel y saturándola de su sabor.
    Cada centímetro de su cuerpo recibió su esencia y sus caricias.
    Entre jadeos suaves y sensuales se fueron entregando, sintiendo que el tiempo desaparecía para ellos. Johnny fue tierno y apasionado. Loise fue intensa y romántica.
    Johnny le susurró en una tregua de besos que incrementaba el calor:
    - Te amo tanto…no sé qué haría ya si me faltaras.
    - Johnny…soy tuya…sólo tuya.

    Y al fin, despojándose de todo temor, se fundieron en un abrazo eterno que los colmó de intenso placer.
    Sintieron juntos el momento en que sus cuerpos se desbordaban de amor y permanecieron unidos un momento más hasta que el sueño los venció.

    En la mañana se bañaron juntos y se dispusieron a arreglar el itinerario del día, sin sospechar lo que durante la noche podría suceder.

    CAPI BREVE PERO SUSTANCIOSO JEJE. En la tarde subo más ;)
     
    Top
    .
  9. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    Cap. 27
    Durante el día, estuvieron juntos preparando los alimentos. Luego estuvieron escuchando la música que él componía.
    - Si tú quieres, yo puedo componer algo y tú me ayudas con los arreglos de piano.
    - Sería excelente. Tú compones muy bien.
    - ¿En verdad lo crees?
    - Por supuesto- añadió Johnny- tu música es excelente. Incluso me gustaría poder si tu representante más adelante.
    - Oye, no tengo pensado ser realmente una artista profesional.
    - ¿Por qué no?- insistía Johnny- sería maravilloso poder estar casado con una pianista reconocida.
    Loise se sorprendió.
    - Perdón…¿escuché bien lo último?
    - Claro…dije casarme con una pianista. Te estoy pidiendo matrimonio, Loise.
    - No…no puede ser…¿estás bien?- preguntaba tratando de evitar que el llanto la traicionara.
    - Mejor que nunca…y para que veas que es cierto, aquí traigo la evidencia.

    Entonces sacó de su pantalón una caja que parecía para cosméticos.
    - ¿Y qué se supone que es eso?- preguntó extrañada, aunque intentando no comprender lo que ya suponía.
    - Loise, ¿quieres casarte conmigo?
    Loise lo miró con indulgencia.
    - Johnny…yo soy muy feliz a tu lado pero…no sé si debamos pensar en esto.
    - Loise, te amo y estoy seguro de lo que quiero tener a tu lado. Permíteme ser para siempre tu compañero, compartir todo contigo, mi vida, mi alegría, mis tristezas, mis energías, todo lo que soy y tengo. Y para eso quiero formalizar, haciéndote mi esposa.
    - Yo…no sé si es conveniente.
    - ¿Por qué no? Somos libres los dos y ahora más porque ninguno de los dos está atado a los recuerdos del pasado.
    - Lo sé, mi amor por ti no tiene divisiones. Es completo- reveló Loise.
    - ¿Lo ves? Estamos en disposición de ser uno del otro por siempre, sin que nadie logre separarnos, ¿por qué no unirnos completamente? No hay nada que logre apartarnos.
    Loise estaba feliz. Le genera ilusión pensar en ser la esposa de Johnny.
    - ¿Y…mi pasado?- preguntó al fin.
    - Tu pasado no tiene nada que ver con tu posibilidad de amar. Fue solamente una transición, pasaste por eso y yo te conocí siendo lo que eras y así te llegué a amar. No te niegues el amor tan sólo por pensar en que el pasado puede restringirte o causar más dolor entre nosotros. Yo soy culpable también por haber buscado un consuelo en un sitio donde no debí, sólo por tristeza, por soledad y eso no lo hace alguien pleno, una persona que sea capaz de generar seguridad y transmitirla. Por favor, créeme, eso no me exonera ante ti. Yo también he hecho cosas negativas y no me justifico. Te ofrezco lo que soy, lo que realmente tengo y espero que así me aceptes y crezcamos juntos de nueva cuenta.
    - ¿Estás dispuesto a lograrlo, Johnny?- preguntó esperanzada de nueva cuenta.
    - Sí, Loise, estoy dispuesto a dar lo mejor de mí. Te amo.
    Ella estaba convencida de que sería una nueva oportunidad. Tendrían que crecer por encima de la rutina y del dolor.

    Aquella noche se marcharon a un restaurante hermoso; comieron mariscos, charlaron y pasarían la noche en aquel hotel tan hermoso que les ayudaría a comenzar una nueva historia.
    La noche era tranquila. Se respira un aroma pleno de sofisticación pero también de dulzura y de paz.
    - Johnny…este lugar es hermoso pero estar a tu lado lo es más.
    - Para mí igual, y esta noche…te ves hermosísima. Tu mirada irradia luz y me haces sentir muy bien.
    Escucharon algo de música mientras se besaban y poco a poco se adentraban en la magia del amor.
    De rodillas sobre la cama, sus labios se buscaban afanosos, mientras sus manos recorrían nuevos senderos en su piel.
    - Tan sólo saber que eres mía, Loise, me hace ser tan feliz- repetía, al tiempo que buscaba puntos delicados en su fisonomía.
    Loise entrecerraba los ojos.
    - Johnny…hazme olvidar todo…que sea sólo su ser quien llene completamente mi cuerpo y mi mente…
    - Así será- revelaba Johnny, acariciando su rostro con el dorso de la mano descendiendo lentamente por su cuello.
    Video
    Al compás de la melodía, Johnny la recostó suavemente, paseando lentamente por su cuerpo. Sus labios dibujaron poemas delicados y tiernos haciéndola reír.
    Momentos más tarde, estaban ya unidos repitiendo el nombre uno del otro mojando las sábanas por el sudor y las lágrimas de amor.
    - Estoy ebrio de amor y de deseo por ti, Loise…y no quiero que esta borrachera de ti termine jamás.
    - Eso no sucederá nunca. Te llevo grabado a fuego en mí, Johnny.
    El estallido de placer los inundó. Al fin, abrazados conversaban mientras parecían inconscientes por tanta alegría.
    - Estoy mareado de tanto amarte pero me siento muy feliz, hermosa.
    - Yo igual…esta noche será siempre inolvidable.
    - Quisiera aprisionar el tiempo y nos quedáramos aquí por siempre.
    - No te preocupes, que estos momentos se quedarán con nosotros para siempre si queremos.
    - Te adoro, preciosa.- señalaba besándola tiernamente.
    Brindaron un poco mientras jugueteaban y reían por las ocurrencias de Johnny.
    - En serio, tenía un carácter incorregible.
    - Creo que empiezo a creerlo…
    - ¿Ah, sí? ¿Y se puede saber por qué?
    - Porque eres muy travieso…
    Minutos más tarde abrazados, hicieron antología de sus mejores demostraciones de amor.
    - Estoy agotado pero lleno de ti, mi amor- aseguró Johnny.
    - Y yo…abrázame fuerte.
    Sus besos intensos los ayudaron a encontrar el dulce sueño.

    En la mañana se sentían tan bien que apenas podían creer que habían pasado una noche tan increíble.
    - Buenos días, linda. ¿Me acompañas de compras?
    - Por supuesto. Vamos.
    Durante el día estuvieron planeando algunas compras y sorprendiéndose de cosas que quizás jamás habían apreciado tanto. La vida les sonreía mucho.
    Mientras estaban de compras, Loise recibió una llamada extraña.
    - ¿Bueno?
    - Hola, nena.
    Loise se apartó un momento.
    - ¿Quién le dio mi número?
    - Ah, vaya, sabes quién soy. ¿Por qué te preocupas?
    - Estoy con Johnny. Sólo hable rápido.
    - Pues seré breve. Me sorprende que estés tan bien con John. Si tú supieras…hay algo que Natasha y yo sabemos que tú no…y quizás te interesaría saber.
    - No juegue conmigo. ¿De qué se trata?
    - Si quieres saberlo, tienes que venir al Fantasy. Nos pondremos en contacto.
    Johnny la vio un poco extraña.
    - ¿Pasa algo, Loise?
    - No…era número equivocado.
    - ¿Estás segura?
    - Sí, Johnny, no te preocupes. ¿Vamos a la tienda de discos?
    Marcharon a la tienda al tiempo que Johnny también recibía una llamada.
    - ¿Qué sucede?
    - Soy yo, Amy- respondió.
    - Amy, hola, ¿pasa algo? Me extraña un poco tu llamada. ¿Quieres hablar con Loise?
    - No, ahora no…quizás después. Es sólo que quería pedirte que…vinieras al Fantasy.
    - No comprendo.
    - Pues quería hablar contigo de algo pero tú dime cuándo puedes.
    - Me gustaría que fuéramos juntos Loise y yo. Si quieres me pongo de acuerdo con ella y…
    - No, sólo tú, tú entiendes.
    Johnny estaba intrigado. Pensó que si ella quería hablar sólo con él era para algo muy personal.
    - Está bien, si quieres te veré el fin de semana.
    - Bien, avísame cuando vengas.
    Amy cortó sin una despedida. Eso sí que era raro para Johnny pero decidió no comentar nada.
    - ¿Todo bien?
    - Sí, linda. Un cliente que quería saber detalles de una casa. Creo que el lugar no le gustó.
    - Ya veo, esperemos que encuentre una mejor opción. ¿Quieres que vayamos por un postre?
    Johnny asintió. No se sentía bien de mentirle pero tenía que hacerlo por el momento.
    Por su parte, Loise tampoco estaba segura de mentirle. Pero pensaba que, en cuanto pudiera hablar con Dean, el hombre que la había llamado, Johnny entendería.
     
    Top
    .
  10. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    Cap. 28
    Cuando volvieron a la casa, Johnny se veía un poco ido.
    - ¿Pasa algo?
    - No, linda…es sólo que me siento tan bien que tengo miedo de que pueda pasar algo malo. Pero por eso prométeme que jamás nadie nos podrá separar.
    Loise sintió un poco de preocupación.
    - No digas eso. Jamás nos va a suceder algo que nos pueda separar. Yo jamás desistiré de estar a tu lado. Nadie será capaz de dañarnos y de evitar que seamos felices en verdad. Créeme.
    - Te creo- dijo dulcemente con un beso en su nariz.
    Aquella noche la entrega fue más serena y más profunda.
    Y en la madrugada cada uno meditaba por separado la situación a la que se iban a enfrentar. No dirían una palabra y no sabían qué era lo que iban a averiguar.

    Una semana después…

    Johnny había argumentado que saldría a ver a un cliente.
    Pero la realidad era otra.
    Era tarde. Ya se encontraba en el Fantasy. Bebía una copa cuando vio venir a Amy por ahí.
    Trató de acercarse a ella pero otro hombre la abordó.
    Sin embargo, un rato más tarde, recibió una nota extraña. Pensó que era de Amy que quería hablar a solas con él y subió.
    Pero a quien encontró fue a Natasha en actitud provocativa.
    - Lo siento, me equivoqué.
    - No, Johnny, no te equivocaste…fui yo quien te mandó llamar.
    - ¿Y se puede saber para qué?
    - ¿No me ves? ¿Acaso…no te gusto?
    - No me gustan los platos de segunda mesa…y tú ya has tenido mucho que ver con Dean. Recuerda que él y yo ya no somos amigos.
    - El negocio es una cosa y la amistad otra, Johnny. Así que…bien podríamos pasarla bien. No me digas que no te atraigo aunque sea un poco.
    - Sabes que estoy con Loise…
    Sin embargo, Natasha trataba de seducir a Johnny. Él estaba cediendo un poco pero recordó.
    - Usaste a Amy para atraerme…¿no podías haberlo hecho tú sola? Creo que estás perdiendo el atractivo.
    - No me retes, Johnny. Yo sé algo que tú no sobre Loise.
    - Yo sé todo sobre Loise, Natasha.
    Ella sonrió de lado.
    - ¿Eso crees? ¿Sabes cómo murió su esposo?
    - En un accidente, ella misma me lo dijo. ¿Tú cómo sabes eso?
    - Estuve averiguando y ¿qué crees? Fue el mismo día que sucedió tu accidente, el día en que perdiste a tu esposa y su hijo.
    - ¿Y eso qué tiene que ver?
    - Que fue en el mismo hospital y a las mismas horas. Es más…tu coche chocó con el de su esposo. Tu imprudencia fue la causante de la muerte de su esposo y así perdiste también a tu familia. ¿Crees que si ella se entera te podría perdonar?
    Johnny negaba.
    - Eso no puede ser cierto. Es demasiada coincidencia.
    - Averígualo y verás que no miento. Y por cierto…esa información tiene un precio.
    Johnny le lanzó un par de billetes y le gritó.
    - A ver si te basta con eso- señaló.
    Salió de ahí.
    Natasha tocó los billetes y sonrió de nuevo.
    - Todavía no me has pagado del todo, Johnny…

    Al día siguiente, fue Loise quien visitó a Dean.
    Éste la esperaba con vino y velas.
    - Buenas noches- sonrió.- Pasa.
    Loise estaba asustada.
    Dean le ofreció asiento.
    - Quería prepararte algo digno de ti. Sabes que siempre te he deseado…
    - No he venido a eso. Usted bien sabe que estoy con Johnny…¿para qué me llamó?
    - Primero una copa, ¿sí?
    - Está bien. Sólo una.

    Loise bebió una. Dean puso música y luego empezó a conversar.
    - Me alegro por ti que estés con Johnny. Para él es demasiado tener una mujer como tú a su lado. Siempre ha sido tan pusilánime. Por eso su esposa lo engañaba.
    - ¿Lo engañaba?
    - Sí, para ser exactos…conmigo. Su mujer y yo nos entendíamos. Y él nunca se dio cuenta, no mientras ella vivió.
    - ¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
    - Nada…era sólo información. Pero sí hay algo que te interesará.
    - Hable de una vez…
    - ¿Sabes contra quién chocó el auto de tu marido?
    - No lo sé…
    - ¿No lo adivinas?- replicaba Dean.- Creí que podías intuirlo. El accidente de Johnny y su familia fue el mismo día que tú perdiste a tu marido.
    - ¿Y eso qué tiene que ver?
    - Que fue con él con quien tu esposo chocó…él es el culpable de que tu esposo perdiera la vida…
    Loise negaba.
    - Eso no puede ser. Debe haber un error. ¿Usted como sabe todo eso?
    - Investigué la muerte de Löuie…quería saber qué había sucedido. Y me di cuenta que habían chocado un auto contra otro…¿podrás perdonar a Johnny por haber sido el causante de la muerte de tu esposo?
    - Voy a averiguar más al respecto y como sea falso…pagará usted por esto.
    - Hazlo, querida. Verás que tengo la razón.
    Loise salió de ahí. No podía creer que eso era cierto.
     
    Top
    .
  11. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    Cap. 29
    Loise volvió al departamento con una preocupación tremenda. ¿Cómo manejaría lo que Dean le había dicho? Necesitaba pruebas y tenía que buscarlas. Pero no sería ella quien las recopilaría. Le exigiría a Dean la evidencia de esa noticia. ¿Y si sólo lo hacía para mortificarla por haberlo rechazado? Podría haberla tomado sin inventar ningún pretexto.
    Pero quizás quería mortificar a Johnny. Quería vengarse. ¿Por qué? Según ella entendía, la esposa de Johnny lo había engañado con Dean. ¿Para qué vengarse? En todo caso, era Johnny quien tenía motivos para hacerlo.
    Decidió ponerse después en contacto con Dean para averiguar más al respecto.
    Johnny, por su parte, estaba preocupado por lo que Natalia le había informado. No podía ser, era demasiada coincidencia. Tenía que investigar más a fondo. ¿Y si Natasha sólo quería vengarse de Loise? Podía ser, atormentarlo para separarlos. Pero, ¿por qué ahora? ¿Qué ganaba Natasha? Ellos realmente no tenían ningún vínculo. Si investigaba por su cuenta, quizás obtuviera más información. Aunque tuviera que hurgar en el pasado.
    Horas más tarde, ambos se encontraron en el departamento.
    Johnny la miraba con ternura. Ella le sonrió levemente.
    - ¿Quieres ir a algún lado?
    - No…me gustaría quedarme aquí, contigo, ver una película y…
    Él sonrió. Adivinaba su pensamiento. Bien sabía lo que ella deseaba de él.
    Durante un rato estuvieron mirando una película, pero el silencio reinó entre los dos, hasta que Johnny lo rompió.
    - Dime, Loise, ¿te gustaría que nos marcháramos a otro lugar?
    - No comprendo- inquirió Loise.
    - Sí, es decir…si te gustaría que nos mudáramos a otra ciudad…donde nadie más nos conociera ni supiera de cómo ha sido nuestra vida.
    - ¿Por qué ahora, Johnny?- preguntó Loise.
    - Porque…no sé, siento que es momento de volver a empezar juntos. Quiero que nos casemos pero quiero que empecemos de cero en otro lugar, lejos de la gente que nos ha hecho tanto daño. Piénsalo, amor. Sería agradable intentarlo.
    Loise estuvo pensando. ¿Y si Johnny sabía algo al respecto?
    - Tal vez…suena bien- respondió.- Johnny…jamás te he preguntado sobre la muerte de tu mujer pero…
    - ¿Qué quieres saber?- indagó Johnny preocupado.
    - Quisiera que me dijeras, si es posible, cómo fue el accidente.
    Johnny sentía que tendría que revivir un poco una vieja herida. Pero seguramente le haría bien sacarlo.
    - Te lo diré- dijo Johnny, acariciando su mejilla con el dorso de la mano- después de que hayamos hecho el amor.
    Y entre besos llegó un momento que les pareció eterno, donde volvieron a unirse una y otra vez, sintiendo que eran una sola persona. Por un instante se olvidaron del secreto que cada uno guardaba para el otro por entonces, para entregarse tiernamente.
    Estaban ya más tranquilos, cuando él comenzó a contar:
    - Ella y yo habíamos discutido. Salimos rápidamente. Las cosas no habían estado bien durante el trayecto, estuvimos hablando, gritando…hasta que no vi un cruce. Un auto frente a nosotros atravesó y no vi más…
    - Johnny, ¿contra quién chocaste?
    - No lo sé, linda. Ni siquiera vi el color del auto…cuando fui a dar al hospital estaba tan maltrecho. De hecho, ni siquiera estaba seguro de librarla. Escuché que el mismo día que yo estaba internado, había muerto un hombre que también había chocado. Pero ni siquiera supe de quién se trataba.
    - Y sobre ella…¿supiste algo? No sé, cómo fue que había muerto.
    - No, sólo me dijeron que había muerto…fue todo…-susurró.- Loise…por eso quiero que nos vayamos…quisiera estar en un lugar donde no hay nada más que tú y yo.
    Loise con lágrimas en los ojos asintió.
    - Sí, Johnny…yo también quiero que nos vayamos. Allá no habrá dolor, sólo estaremos tú y yo.
    Y tras un beso se quedaron dormidos profundamente.

    Sin embargo, al día siguiente, Johnny dijo que iría a ver a un cliente y a ver algunas agencias de viajes.
    Loise dijo que iría a la agencia de empleos para ver si había algo en las afueras de la ciudad.
    - Ya te dije que no necesitas trabajar- observó Johnny.
    - Y yo ya te dije que es lo que quiero hacer.
    - Quedamos que pondríamos nuestra tienda de música.
    - Lo sé- añadió Loise- pero no ahora. Primero quiero trabajar para poder ganar algo más para ayudarte con el nuevo departamento.
    - Está bien, sólo necesitamos un poco de tiempo, ¿quieres?- dijo apretando un poco su nariz.
    Tras despedirse, Loise fue a investigar al hospital donde había sucedido el accidente.
    El ir y venir de enfermeras y médicos, así como de algunos enfermos, le recordó el ambiente tan sombrío del día en que su esposo falleció.
    - Disculpe…¿me podría ayudar? Estoy investigando algo.
    - ¿Sobre qué?- preguntó a su vez la enfermera.
    - Es acerca de…un accidente que sucedió hace ya mucho tiempo.
    - Lo siento, señora, pero dudo que pueda darle información al respecto.
    - De hecho, hay alguien que ha estado indagando al respecto. El señor Dean Martin ha estado investigando el asunto.
    Al decir ese nombre, la enfermera estuvo preguntando a algunas enfermeras.
    - Espera un momento, por favor.
    Pasados varios minutos, la llamaron.
    - Señora, dígame, ¿qué interés tiene en averiguar al respecto?
    - Sólo le diré que yo era la esposa del hombre que murió. No sé si me recuerda.
    La enfermera asintió.
    - Es cierto…creo que tiene razón. ¿Qué es lo que quiere saber?
    - Si es verdad que mi esposo murió por el choque contra el auto de la señora Loüie D.
    - Creo que es cierto…según el reporte que dio el forense, encontraron a ambos fuera de sus respectivos autos. Sí, señora, el accidente fue mutuo.
    Eso llevó a Loise a sentirse terriblemente mal.
    - ¿Le ocurre algo?- preguntó la enfermera.
    - No, nada…gracias por la información. Por cierto, ¿podría solicitarle un informe al respecto?
    - Sí, claro, puede venir por él en un par de días.
    - Gracias.
    Se puso de acuerdo con la enfermera.
    Cuando salió, ya no sabía si había hecho lo correcto, pero quería estar segura y ahora lo sabía.

    Johnny fue a realizar la misma indagatoria.
    Pero ésta fue con Dean.
    Lo llamó. Dean le respondió sarcásticamente.
    - Hola…examigo…no sabes el gusto que me da escucharte.
    - No seas cínico. Necesito hablar contigo de algo muy importante.
    - Ah, vaya…supongo que debe ser muy importante para que te hayas decidido a llamarme.
    - Lo es- aseveró Johnny- no pienso quitarte mucho tiempo. ¿Puedo ir a buscarte a tu casa?
    - Si tú quieres…ven.
    Dean tras escuchar a Johnny y cortar la comunicación, le marcó a Loise.
    Ella respondió:
    - ¿Y ahora qué quiere?
    - ¿Ya averiguaste lo que te dije?- preguntó Dean.
    - Sí, ya estoy en eso y créame, ya no hay nada oculto. No me va a chantajear con esa información.
    - Yo jamás pensé hacer eso, querida. Pero créeme, si no se lo dices tú a John, se lo diré yo.
    - ¿Y se puede saber por qué?
    - Pues…tan sólo porque…me da la gana.
    - No lo haga…
    - Ven y hablaremos de ello, precisamente pensaba llamar a Johnny.
    Loise pensó en ir a buscarlo tan sólo para evitar que ese hombre se decidiera a hablar, sin saber lo que estaba por suceder.
     
    Top
    .
  12. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    Cap. 30
    Cuando Loise llegó, se detuvo un momento en la puerta pensando en si continuar. Pensó en que era mejor desistir y volver al departamento pero no quería que Dean insistiera y decidió tocar la puerta.
    Dean estaba dentro y parecía muy contento.
    - ¿Qué te trae por aquí, linda?
    - Usted ya lo sabe.
    - Toma asiento, ponte cómoda- sonrió.
    Ella se puso nerviosa. Tenía miedo a lo que pudiera suceder.
    Dean fue por una copa.
    - Pensé que te gustaría que tuviera un detalle contigo. Me vi tentado a llamar a Johnny pero ya que estás aquí…
    - ¿Qué es lo que quiere?
    - ¿No lo adivinas? Siempre me gustaste y jamás pudiste ser mía. Y ahora te inclinaste precisamente por Johnny. Sin embargo, en esta ocasión las cosas pueden ser muy diferentes…si tú quieres.
    - ¿Qué es lo que pretende? ¿No podría dejarnos en paz de una buena vez?
    - Lo haré, en cuanto accedas a estar conmigo. Johnny jamás se va a enterar, y tú puedes ganar mucho.
    - ¡Olvídelo! No voy a prestarme a sus juegos.
    - Supe por él que se van a ir lejos de aquí. Si se quieren marchar, lo pueden hacer pero antes de eso, yo voy a disfrutarte. Sólo es cuestión de que accedas si no quieres que le diga a Johnny todo lo que pasó. Porque si se lo digo, no querrá volver a verte. La culpa no lo dejará estar a tu lado, lo conozco bien.
    - Pues prefiero perderlo por eso que por traicionarlo.
    Dean la miró con odio y se abalanzó sobre ella.
    - Tú y yo tenemos un asunto pendiente que no tiene nada que ver con Johnny. A mí no me interesa la razón por la que rompas con él, con tal de que seas mía.
    - ¿Y si no quiero?- insistió Loise.
    - Será Johnny quien pague las consecuencias.
    - No le temo a sus amenazas- repetía ella.
    Pero Dean parecía muy seguro de lo que estaba haciendo.
    - Yo sé mi cuento y soy capaz de quitarlo del camino. No me subestimes, todavía no me conoces.
    En eso llegó Johnny y encontró a Loise con Dean.
    - Loise, ¿qué haces aquí?
    - ¿Qué va a hacer?- comentó Dean.- Está aquí porque ella y yo nos entendemos desde hace mucho tiempo.
    - Eso no es cierto- replicó Johnny.
    - ¿Sólo porque tú lo dices?- intervino Dean de nueva cuenta.- Que ella misma te lo diga. ¿Acaso no es cierto que viniste a buscarme, Loise?
    - Sí, pero…
    - Entonces es cierto- resolvió Johnny al fin.- Por eso me dijiste que si te venía a buscar, encontraría una sorpresa.
    - Así es, y aquí está. Lamento que haya sido en estas circunstancias pero era mejor que te enteraras de una vez. Ahora ya no es un secreto que tienes poca suerte con las mujeres.
    Johnny, muy serio, preguntó.
    - Loise, dime, ¿es cierto lo que dice él? ¿Es verdad que viniste a buscarlo? ¿Es verdad que te entiendes con él?
    - Johnny, yo…
    - Entonces…es cierto. Debí imaginarlo. Ahora entiendo todo. Dean sabía la verdad y te contrató para montar toda esta farsa a fin de maquillar su engaño con Löuie. Los dos fueron una porquería…y tú Loise…supiste hacer bien tu trabajo. Dime, ¿te pagó bien este imbécil?
    - Johnny…-balbucía entre lágrimas.
    - No digas más…será mejor que me largue de una buena vez.
    Johnny salió de ahí rápidamente.
    Dean insistía.
    - Ahora que Johnny se largó, podemos pasarla bien.
    Pero Loise le lanzó la copa de vino en la cara y salió rápidamente. Sin embargo, cuando trató de encontrar a Johnny ya no pudo hacerlo.
     
    Top
    .
  13. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    Cap. 31
    Pasaron dos meses.
    Johnny estaba todavía muy dolido. Pensaba que Loise se había comportado casi tan mal como Löuie. Pero esta vez había sido muy doloroso porque realmente estaba enamorado. Se había entregado al amor de nueva cuenta, sintiendo que la vida le había ofrecido una nueva oportunidad. Sin embargo, la esperanza de recuperar su felicidad se había diluido en aguas amargas. ¿Qué había quedado de todo eso? Un amor roto y su corazón lastimado.
    Aunque se mintiera a sí mismo, la verdad era que no había podido olvidar a Loise. Y un sentimiento extraño oprimía y punzaba sobre su mente y su alma. Era un desasosiego muy raro y molesto, como si estuviera por suceder algo especial y a la vez, doloroso.
    Tal y como Dean había dicho, había un resquemor insoportable acerca de la situación respecto al accidente. Ya no importaba mucho si él había sido el culpable de las muertes de Löuie y del esposo de Loise. Eso ya no le causaba preocupación. Él mismo se sentía muerto en vida después de aquella gran pérdida.
    Decidió ir a dar una vuelta buscando un lugar donde beber algo antes de ir a casa.
    Al fin encontró el lugar que buscaba pero al entrar, la música de piano lo hizo temblar.
    Pidió su copa y se mantuvo un momento en la barra, donde una mujer lo miraba con intenciones especiales. Él sólo le sonrió, pero no tenía ánimos de enfrascarse ni en una conversación y mucho menos en una relación furtiva ni ocasional. Si bien la mujer era atractiva, él no tenía deseos de aprovechar aquella oportunidad.
    Después de haber bebido un poco, la música que escuchaba lo empezó a enervar. Aquella canción era dolorosa, llegaba hasta el fondo de su corazón y comenzaba a mortificarlo sobremanera.
    Le era cada vez más insoportable mantenerse en pie tras escuchar aquella melodía, así que decidió volver a casa y llorar como quizás jamás había llorado, ni siquiera cuando perdió a Löuie y al hijo de ella. Un hijo…ni siquiera Loise le había dejado un hijo. No quedaba ni la esperanza de una nueva vida que los mantuviera unidos por siempre….

    A miles de kilómetros…

    Una mujer enseñaba a algunas chicas elementos sobre la música.
    - Espero que a partir de la próxima semana ya puedan leer una pieza e identificar las octavas y las corcheas.
    - Sí, profesora- observó una de las chicas.
    - Hasta mañana entonces- explicó la maestra.
    Otra mujer, a su vez, le indicaba que era momento de marcharse.
    - Es hora de volver a casa, Loise- dijo Amy, que era la otra mujer, quien se dirigía a la profesora.
    - Sí, lo sé, Amy- respondió.- Hoy especialmente me siento un poco cansada.
    - Es que no te cuidas- continuó la rubia.- Necesitas dormir más, alimentarte bien.
    - Es cierto, debo pensar más en él que en mí solamente. Pobrecito…él no tiene la culpa de lo que su padre me ha hecho.
    - Tú no quisiste explicarle a Johnny ni has querido que él sepa que…
    - Ya no digas más, Amy- replicaba Loise.- Él no lo sabrá…no por ahora. Ya habrá tiempo, pero por el momento es mejor que cada uno de nosotros esté separado. No debemos lastimarnos más estando juntos. Además, él no confiaría en mí.
    - Quizás…-dijo la rubia pensando para sus adentros.
    Cap. 32
    Amy tenía pensamientos distintos a los de Loise. Ella tenía algo en mente para lograr que Loise se reencontrara con Johnny. Pero iba a ser complicado ya que Loise no tenía intenciones por el momento de encontrarse siquiera ni hablar con él para nada.
    Aquella tarde Amy ya no quiso decir una palabra más de lo anterior. Loise estaba cansada y decidió ir a su casa.
    - Amy, ven conmigo a tomar un té o un café. Ya sabes que yo sólo tomo leche por ahora.
    - Está bien, no quiero que te quedes sola.
    - Incluso podrías quedarte a dormir para que no tengas que regresar a tu casa sola.
    Amy asintió.
    Ya cuando se encontraban en su casa, Amy le agradeció.
    - Desde que estoy contigo me siento mucho mejor. Cuando dejé a Natasha sentí que volví a nacer.
    - No iba a dejar que mi mejor amiga permaneciera en aquel lugar tan horrible.- repuso Loise.
    - Ya me había acostumbrado- decía Amy.
    - Sí, pero eso no era vida, Amy. Y dime, ¿hay alguien ya en puerta en tu corazón?
    Amy negó.
    - No…de hecho, siento que eso ya no va conmigo.
    - ¿Acaso no crees que eres suficientemente valiosa como para que alguien te ame? Eres una muchacha muy buena y seguramente cualquier hombre querría pensar en ti en serio.
    - Eso lo dices tú porque eres una buena amiga y Johnny también porque él es un buen hombre.
    Ese nombre hizo que Loise se pusiera seria y permaneciera en silencio.
    - Lo lamento- observó Amy.- No debí…
    - No, no es necesario que digas más, no te preocupes. Él es un buen hombre, has dicho la verdad.
    - Deberías pensar en algún momento generar algún encuentro para que él sepa que…
    - Lo siento, Amy, quedamos no hablar de lo mismo. Será mejor que repasemos lo que quedó pendiente.
    - Está bien, pero prométeme que te irás a dormir temprano.
    - Lo prometo, ahora trae tus partituras.

    En tanto, Johnny se servía más licor en un vaso en su propia casa.
    Escuchaba una vieja canción mientras se repensaba la situación. Le parecía tan incoherente el hecho de que Loise estuviera con Dean. Era ilógico. Pero…¿y si se trataba de un plan bien trazado? ¿Y si el objetivo hubiera sido burlarse de él? ¿Por qué quería irse ahora? Estaba desconcertado. Sea como fuere, el sufrimiento no cedía.
    Ya bebido, continuó brindando a solas.
    - Esta va por ti, Loise.- observó Johnny.- Espero que desde donde estés, sepas lo mucho que me duele esto.
    Video
    Luego se sirvió otra copa.
    - Esta va por ti, Dean, para que te pudras…tienes que pagar mal lo que hiciste. Y ésta- dijo bebiendo el doble de la anterior- ésta va por mí…por lo estúpido que fui.
    Tras beberla, sonrió, empezó a carcajearse y por fin lloró hasta quedarse dormido.

    A la mañana siguiente, el sonido del timbre lo despertó abruptamente.
    - Ya voy…dejen de molestar- se dijo, mientras sentía que la cabeza la estallaba.
    Trató de recomponerse lo mejor que pudo. Grande fue su sorpresa cuando se dio cuenta de quién se trataba.
    -¿Amy? ¿Qué haces aquí?
    - Si no te da gusto verme me voy. Aunque creo que sí te va a hacer falta verme en este momento.
    Johnny estaba sorprendido y apenas pudo sonreír y asentir.
    - Claro que me da gusto verte pero…mírame, no soy precisamente alguien que esté en disposición de recibir visitas.
    - No te preocupes, he visto cosas peores.
    El comentario hizo reír a Johnny la hizo pasar.
    Ya dentro, le ofreció un café.
    - Para ti el ligero y para mí el cargado- ofreció.
    - Te va a saber a rayos- observó Amy bebiendo su café.
    - No importa…en este momento todo me sabe a rayos.
    Amy guardó silencio. Esperaba hasta que Johnny comenzara a hablar.
    - ¿A qué debo el honor de tu visita?
    - Johnny- empezó- ¿no vas a preguntarme por ella?
    Johnny hizo una pequeña pausa. Vaya que sí quería preguntar por ella, pero no se atrevía.
    - Sé que la herida todavía está abierta- comenzaba Amy. Pero Johnny la interrumpió.
    - No, Amy, claro que quiero saber de ella- insistió.- Sería un mentiroso si quisiera ocultarte que llevo días así. Apenas ayer acabo de beber pensando en ella- argumentó Johnny.- Amy, dime, ¿qué ha sucedido? ¿Cómo se encuentra?
    Amy tenía miedo de contarle todo lo que sabía. No podía hacerlo sin autorización de su amiga.
    - Ella está bien…está sola.
    - ¿Y Dean?
    - No he vuelto a verlo porque yo tampoco estoy en el Fantasy.
    - Me alegro por ti- reveló Johnny.
    - Ahora tienes que escucharme. Loise y Dean jamás se han entendido. Jamás ha habido nada entre ellos.
    - Pero yo mismo vi cuando Loise…
    - Tú no sabes lo que pasó entonces.
    Entonces Amy le relató lo que había sucedido en verdad. Lo único que omitió era el estado evidente de Loise.
    - Entonces la juzgué mal- pensó- no puede ser. Todo por un mal entendido. Pero créeme, yo estaba confundido. Ahora explícame algo. ¿Por qué estaba en casa de Dean?
    - Porque había ido porque él la citó con el pretexto de decirte algo que ella creía que no sabías.
    - No comprendo.
    - Mira, ella no quería que supieras algo…pero…creo que no tiene sentido decírtelo.
    - Habla, por favor, Amy- suplicó Johnny.- Ya no puedo con esta incertidumbre. ¿Por qué estaba Loise en casa de Dean?
    - Porque…ella quería evitar que supieras que…tú fuiste el causante del accidente donde murieron tu esposa y el esposo de Loise.
    - Así que eso era…-se dijo en voz baja.- Amy, Natasha ya me había hablado de ese asunto, seguramente se había puesto de acuerdo con Dean. Ya estaban en conjunción esos dos. Esto era un plan, por lo que veo.
    Amy asintió.
    - Entonces sólo se trataba de un chantaje bien pensado.
    - Así es. Y yo caí como un imbécil- dijo mesándose el cabello.
    - Ella también creyó a Dean cuando le dijo que fuera a verlo con la intención de evitar que tú te enteraras.
    Johnny estaba furioso.
    - Tengo que buscar a Dean para romperle la cara.
    - Eso no va a lograr que Loise quiera volver a verte.
    - Ella me odia, ¿cierto? Eso me duele mucho más.- refirió Johnny casi al borde del llanto.
    - No digas eso. Te quiere pero le duele que hayas pensado que entre ella y Dean podía haber algo.
    - Sí, no es para menos. La traté tan mal. Ella no se merecía lo que hice- añadió él.
    - No te mortifiques más. Será mejor que hagas algo para tratar de recuperar su amor.
    - Pero no sé cómo hacerlo- comentó Johnny.- No sé cómo acercarme. Tengo miedo de lastimarla más o que me rechace.
    - Eso no va a pasar, porque para eso estoy yo aquí.
    - ¿Y crees que será fácil?- insistía Johnny no tan convencido.
    - Yo no dije eso- comentó Amy- pero tampoco que sería imposible.
    Johnny asintió.
    - Bueno, pues…creo que por ahora necesito arreglarme, creo que estoy en pésimo estado.
    - Despreocúpate- comentó ella- date un baño y yo te prepararé un buen desayuno. Luego, si quieres podemos empezar a poner en práctica mi gran plan.
    Él asintió. Seguramente viniendo de Amy sería un gran plan.

    Aquella mañana, Loise recibía una llamada.
    - Buen día, maestro. ¿A qué debo el honor de su llamada?
    El maestro de música que la había contemplado para integrar una gran orquesta, refería por teléfono a Loise los pormenores de la temporada de conciertos que estaba planeando.
    - ¿Y cuánto durará?
    El tiempo aproximado era de tres meses.
    Loise pensó que era justo el tiempo de poder sobrellevar su estado y volver para cuando fuera necesario.
    - Entonces, ¿cuándo hay que partir?
    El maestro le indicó que en dos semanas se marcharían para la temporada.
    Pensó que tendría tiempo de cerrar algunas clases con sus alumnos.
    - Bien, maestro. En cuanto usted me indique, soy materia dispuesta para la temporada. Sí, gracias, hasta luego.
    Entonces se quedó un momento pensando.
    - Tres meses, sólo ese tiempo. Para cuando empiece a sentirme mal, creo que ya estaré en condiciones de volver y cuidarme más.
    Sin embargo, aquel día se sintió un poco indispuesta.
    Tuvo que ir a ver al médico casi inmediatamente.
    - Doctor, sé que es poco tiempo pero…tengo miedo de que algo salga mal.
    El doctor no le mintió.
    - Señora, es de preocuparse. Su situación no es la mejor. Yo le recomendaría que no viajara, por su bien y por el de él. Realmente es delicado que se exponga. Si tiene que viajar, posponga su salida porque no puede realizar actividades muy fatigantes.
    - ¿Es tan delicado?
    - Sí, no puedo decirle lo contrario. Incluso un impacto fuerte puede poner en riesgo su vida y la del niño.
    Loise volvió a tener miedo. Y esta vez le parecía que todo su mundo se hundiría y no sólo perdería el amor, sino la vida misma.
     
    Top
    .
  14. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    Cap. 33 El gran plan de Amy
    Johnny estaba ansioso. Confiaba en Amy pero tenía miedo de que Loise no aceptara perdonarlo.
    - Te dije que no puede fallar- argumentaba la rubia.- Aquí vamos a encontrar lo que buscamos.
    Se encontraban en una tienda de regalos. De pronto, Johnny reparó en la presencia de un joven amigo suyo.
    - ¿Henry?- preguntaba Johnny.- ¿Eres tú?
    Henry se volvió.
    - ¿Johnny? ¿Qué tal? ¡Qué gusto volver a verte!
    Luego reparó en Amy.
    - Perdón, señorita. ¿Me presentas?- insistió Henry.
    Johnny sonrió.
    - Es Amy Grahams, amiga del amor de mi vida y amiga mía.
    Henry saludó cortés y dulcemente.
    - A sus pies, señorita Amy.
    Desde ese momento las miradas de ambos se volvieron cómplices.
    Johnny carraspeó.
    - ¿Sigues dedicándote a las bienes raíces?- preguntó Henry.
    - En eso estoy, quiero retomar mis actividades. De hecho, necesito un nuevo compañero de trabajo.
    - ¿De verdad? Pues si te sirvo, yo podría ayudarte en eso.
    - Por supuesto. Llámame a la casa y nos ponemos de acuerdo.
    Henry dijo a Amy.
    - Ha sido un verdadero placer conocerla. Me gustaría volver a verla.
    - Tal vez haya alguna oportunidad próxima, señor.
    - Con su permiso- respondió Henry, despidiéndose.
    Amy se quedó estática un momento para ver marchar a Henry. Johnny la miró a ella y le dijo:
    - Amy, él se quedó tan impresionado por ti como tú por él. Podría lograr algún encuentro y…
    - Johnny…es mejor no pensar ahora en eso- confesó Amy.- Tú conoces mi vida y…
    - Amy, por favor. Ese hombre es un caballero y se ve que le agradaste. Estoy casi seguro que si se tratan, podría haber algo más que atracción entre los dos. No es porque sea mi amigo, pero tú también lo eres y yo te considero una mujer muy buena. Haría buena pareja.
    - Johnny, deja eso por ahora, ¿quieres?- contestó fingiendo molestia.- Ahora vamos a lo importante.

    Loise estaba desconsolada. Pero procurar estar bien por su hijo era lo más importante para ella.
    Volvió a su casa y decidió descansar un poco.
    Cuando Amy llegó le preguntó.
    - ¿Qué sucedió? ¿Todo bien?
    Loise suspiró.
    - Amy, mi bebé y yo corremos peligro. Y yo tengo que viajar.
    - ¿Viajar, a dónde?
    - Hay una gira. El profesor que está a cargo dijo que habrá una temporada en la que yo debo participar. Pero tengo que viajar.
    - ¿Estás loca, Loise? Claro que no, tienes que cuidarte por tu hijo. Es lo más importante.
    - Lo sé pero…necesito hacer esa temporada. Alejarme, tal vez lejos las cosas sean diferentes.
    Amy insistió.
    - No puedo permitir que cometas esa tontería. Tú debes permanecer y tu hijo te necesita. Así que será mejor que dejes de pensar en eso.
    Loise estaba desconcertada. Pero tranquilizó a Amy.
    - Está bien, voy a hacer lo que me dices. ¿Cómo te fue?
    - Bien, estuvo por ahí de compras y…
    - ¿Y…?
    - Conocí a alguien- observó Amy algo nerviosa.
    Loise sonrió inmediatamente.
    - ¿Alguien? Por tu cara debe tratarse de un hombre. Tienes que contarme, ¿qué pasó?
    - Nada, sólo lo conocí. Pero eso no tiene que ser tan importante. Sólo lo vi y ya.
    - Si sólo hubiera sido eso, no estarías así, te conozco bien- contestó Loise con firmeza.
    - Será mejor que cambie de tema. Voy a preparar un té y revisamos de nuevo las partituras.


    Cuando ya era tarde, Amy la arropó cuando Loise se quedó dormida y se marchó a su departamento.
    Nunca se había cuestionado la posibilidad de estar con alguien en serio, mucho menos después de que dejara a Natasha. Tenía temor de enfrentar su pasado y sobre todo, llegar a encontrar a alguien que hubiera pagado alguna vez en el Fantasy por algún servicio y que pudiera reconocerla. Además, ningún hombre le había ofrecido estar en serio con ella. Pero a ella tampoco le había interesado semejante asunto.
    ¿Y ahora? Aquel hombre significaba una posibilidad de tener una nueva vida. Pero, ¿a él le interesaría de la misma manera si supiera la verdad sobre ella?

    Al día siguiente, Loise se arregló. Tenía que ir a ver a la profesor para explicarle su situación.
    Cuando ya estaba lista para irse, alguien tocó a la puerta.
    - Buenos días, ¿la señorita Loise?
    - Sí, soy yo.
    - Le envían este presente. Ya está pagado. Sólo firme aquí.
    Loise lo recibió y firmó. Luego agradeció y le dejó una pequeña propina.
    Cuando entró revisó la nota y aquel buqué con flores frescas.
    La nota decía:
    “Un regalo de un ferviente admirador”

    Loise se impresionó. Tenía poco tiempo de haber empezado a tocar en la orquesta y era difícil que ya tuviera algún admirador. ¿Y si s trataba de alguien del Fantasy? Pero ni siquiera Natasha sabía dónde vivía ahora. No podía ser…
    Decidió llamar a Amy para saber si alguna persona sabía sobre su dirección o ella se la había dicho a alguna persona.
     
    Top
    .
  15. la_unica_sra_d_sparrow
     
    .

    User deleted


    Cap. 34
    Amy le respondió enseguida.
    -¿Pasó algo malo, Loise?
    - No exactamente- reveló Loise.- Pero llegó un regalo de un supuesto “admirador secreto”. ¿Cómo sucedió eso?
    - No lo sé, quizás algún admirador entre la gente que ya te ha escuchado tocar.
    - Amy, es muy pronto para eso. Dime, ¿quién más sabe la dirección?
    - No lo sé, Loise, quizás el director le dio tu dirección a esa persona.
    - Pues voy a averiguarlo, Amy, pero como sepa que tú tuviste algo que ver…
    -¿Qué harás? ¿Golpearme?

    Loise respiró hondo.
    No, Amy, sabes que no podría molestarme contigo. Pero por favor, procura no darle la dirección a nadie más.
    Descuida- añadió Amy y cortó.
    En cuanto terminó de hablar con Loise, llamó a Johnny.
    Listo. Loise ya recibió tu presente.
    Excelente. Un favor, ¿cuándo nos podemos reunir para seguir con el plan?
    Pues mañana en la noche, a la diez, si quieres- repuso Amy.
    Perfecto, mañana a esa hora te espero. Y gracias de nuevo.
    Al terminar de hablar con ella, Johnny sonrió a Henry, que estaba con él.
    Mañana en la noche vendrá, amigo. Yo puedo dejarlos a solas para que conversen.
    Llegaré después de la hora que hayas quedado con ella para que no piense que vine especialmente.
    Mejor llega antes de las diez, así no sospechará. Tú ya estarás aquí y no pensará que viniste exprofeso.
    Gracias, Johnny. En verdad quiero tratar a esa chica. A mí no me importa lo que haya tenido que pasar.
    Sólo no le digas que yo te conté todo. Finge que no sabes nada.
    Entendido.

    Loise fue a ver al director de la orquesta.
    Maestro, el doctor me prohibió viajar. Dijo que mi embarazo es de riesgo.
    Eso lo complica todo. Sin embargo, es necesario que estés en esa presentación.
    Hablaré de nuevo con el médico y le pediré que me haga un chequeo antes de viajar.
    Hazlo, pero si sabes que estás mal avísame para hacer cambios en el programa.
    Loise asintió. Luego preguntó.
    Una duda: ¿usted le dio mi número a alguien?
    No- repuso el director.- Jamás les proporciono los números de mis músicos a nadie, sin su autorización.
    Olvídelo entonces. Alguna persona conocida que trató de contactarme. Le avisaré cualquier cosa, maestro.
    Estamos en contacto.
    Un rato después, Loise decidió descansar un poco. ¿Y si era Dean quien la había buscado? Eso temía.
    Estaba segura que Johnny no querría ni volverla a ver.

    Cap. 35
    Más tarde, Amy volvió pero encontró dormida a Loise.
    Pobrecita…pero cuando sepas que Johnny es quien te está buscando te alegrarás mucho, lo sé.

    Johnny estaba leyendo mientras pensaba en Loise. ¿Qué estaría haciendo?
    Tenía miedo de que Loise no quisiera perdonarlo. Amy sonaba muy confiada, pero él que no quería dejar ningún cabo suelto. Sin embargo, si se adelantaba o daba un paso en falso probablemente la perdería para siempre.
    Pero ahora quería poner en su sitio a Dean y vengarse de él y de Natasha. Tenía que hacer algo para que esos dos terminaran mal después de sus intrigas.
    Así que envió una nota para ella a nombre de Dean.

    Natasha estaba ocupada revisando algunos documentos cuando le llegó la nota.
    Al leerla decidió apresurarse para entrevistarse con Dean.
    Éste recibió también una nota de parte de Natasha.
    Dean se sorprendió de que Natasha lo hubiera citado precisamente en el departamento que hasta hace poco hubiera ocupado. Pero pensó que era para que nadie se diera cuenta.

    A la mañana siguiente, Loise despertó por el olor del desayuno de Amy.
    No debías molestarte.
    Tú no estás en condiciones de moverte mucho. Además, así como estás, el olfato te falla y la comida o te queda cruda o se te quema.
    Lo tomaré en cuenta- sonrió.
    Mientras desayunaban, Loise le preguntó.
    ¿Y bien, Amy?
    ¿Y bien, qué?
    No te hagas la tonta, tú eres la culpable del regalo de ese “admirador”.
    Te aseguro que no- comentó Amy, atragantándose.
    Tu prisa y tu semblante lo dicen todo- insistía Loise.- Dime, ¿a quién le diste la dirección?
    Está bien, te diré. Se trata de Johnny.
    Loise casi se atraganta.
    ¿Él sabe dónde estoy?
    Sí, pero está preocupada. Él ya sabe toda la verdad y quiere recuperarte.
    Yo no le puedo perdonar que haya dudado de mí.
    Lo sé, pero tú también lo juzgaste mal porque pensaste que él había tenido la culpa de la muerte de Clark.
    Es diferente, Amy.
    Claro que no- siguió Amy.- Has sido muy dura con él.
    Ahora lo vas a defender- replicó Loise.
    No es eso, es sólo que él actuó porque pensó que tú te habías burlado de él. ¿Qué querías que creyera después de que su mujer lo había engañado con Dean? Era demasiado.
    Pues no pienso aceptar nada.
    Dale una oportunidad. Recuerda que él también tiene derecho de ver a su hijo.
    Loise se preocupó. Eso era algo que debía tomar en cuenta.

    Durante el día, Natasha se arregló para ir a ver a Dean. Él también se arregló y se preparó para el encuentro.
    Ambos se dirigieron al mismo punto.
    La habitación estaba abierta. Natasha entró y preguntó por Dean.
    Dean también entró buscándola a ella.
    Cuando se reunieron, Dean la besó apasionadamente.
    Tenía tantas ganas de volver a verte.
    Yo igual. ¿Has tenido noticias de Loise?
    No, ¿y tú de Johnny?
    Tampoco. No se ha vuelto a parar por el Fantasy.
    Vaya que se creyó el cuento de que ella y yo nos entendíamos- se jactaba Dean.
    Y parece que no le había importado lo que pasó con su esposa y el marido de Loise.
    Eso ya no importa. Están separados. Pero algún día voy a conseguir buscarla.
    A mí la que me preocupa es Amelie, creo que tendré que deshacerme de ella. Amy tiene evidencias de los empresarios que pagaron por Loise. Pero ella no me dio elección: tuve que drogarla para que ellos pudieran tenerla.
    Entonces se escuchó un aplauso al fondo de la estancia.
    Perfecto, el plan perfecto, ¿no? Creyeron que nadie se enteraría.
    John, ¿qué haces aquí?
    Se creyeron que uno había citado al otro. Pero fui yo quien los cité aquí a los dos. Y acaban de darme las evidencias necesarias para encerrarlos.
    No te atreverás.-señaló Dean.
    Pero Johnny estaba armado.
    No se atreverán ustedes a mover un dedo. Aquí se van a quedar. Ahora tengo todo grabado. No pasará mucho tiempo antes de que las autoridades vayan por ustedes. Que tengan buena noche.
    John guardó el arma y salió rápidamente hacia su departamento.
    Dean y Natasha parecían al fin estar acabados.

    Johnny se dirigió a su departamento.
    Henry llegó al poco tiempo.
    Espero no haber llegado tarde- observó tímidamente.
    Para nada- comentó Johnny- Amy debe estar por llegar.
    Estuvieron conversando sobre algunas cosas cuando escucharon el timbre.
    Johnny ya tenía pensado salir.
    En cuanto yo me vaya, te la encargo.
    Y que lo digas. No te preocupes, soy un caballero.
    Eso espero.
    Johnny abrió la puerta.
    Bienvenida.
    Amy entró. Johnny explicó.
    Ya conoces a mi amigo Henry. Vino por unos documentos pero ya está por irse.
    La muchacha se acercó. Henry la saludó cordialmente.
    Buenas noches, señorita.
    Amy pensó que Henry no sabía nada de su vida.
    Buenas noches.
    Johnny y Henry se encargaron de hacer de aquella una buena velada.
    Amy fingió que iba por unas bebidas e hizo una señal a Johnny para ir a la cocina.
    Cuando estaban ahí le dijo en voz baja.
    Johnny…Loise ya lo sabe todo.
    ¿Por qué se lo dijiste?
    No entendía por qué alguien le había regalado algo si apenas nadie sabe dónde vive.
    Es normal, pero no sé, pudiste decirle que se trataba de un admirador.
    Si tú la pudieras ver, lo que menos tiene es tiempo y ganas de tener admiradores.
    ¿Por qué? Ella es talentosa y muy linda.
    Sí, pero ella está tan ocupado con lo de su…
    ¿Su, qué?- preguntó Johnny insistentemente.
    Sin embargo, Amy desvió la conversación.
    Tu visitante se preocupará.
    Johnny la miró tratando de controlarse.
    Está bien, pero después hablaremos tú y yo.

    Henry estaba algo preocupado. Amy llegó con una leve sonrisa.
    Ya estamos de vuelta. No encontrábamos…
    Los hielos- continuó Johnny saliendo del apuro.
    De pronto, Johnny fingió que había recibido un mensaje.
    Lo lamento, voy a tener que salir un momento. No tardaré. Se quedan en su casa.
    Johnny salió. Henry trataba de hacer más llevadero el silencio. Amy estaba bastante nerviosa.

    Cap. 36
    Johnny tuvo que salir- dijo Henry.- Qué raro, ¿no?
    Sí, me parece bastante raro- reveló Amy.
    Bueno, en lo que vuelve, ¿le gustaría que nos sentáramos un momento?
    Está bien- siguió Amy algo incómoda.
    Henry trató de ser cortés.
    ¿Tiene mucho de conocerlo?
    No exactamente- añadió Amy.
    Yo tengo ya un tiempo de tratarlo, es buen amigo.
    Sí, es cierto.
    Amy pensaba irse.
    Con su permiso, creo que me retiro.
    ¿A dónde? Es mejor que espere a Johnny.
    No es necesario, él entenderá.
    Henry se puso algo triste.
    Qué pena, tan bien que estábamos. La entiendo, seguramente se va porque no soy buena compañía.
    Amy negó.
    No…no diga eso, no es así, lo que pasa es que…no quiero incomodarlo a usted.
    Usted jamás puede incomodarme, señorita. De hecho, le comentaba a Johnny que usted me ha impresionado mucho para bien.
    Pero si apenas me conoce.
    Sin embargo, gracias a Johnny, la conozco un poco mejor. Por favor, no se vaya, charlemos un poco solamente.
    Amy asintió. Realmente no quería marcharse.

    Johnny manejó hasta la casa de Loise. Ahora, gracias a Amy, sabía dónde encontrarla.
    Sin embargo, comenzó a llover y el tráfico aumentaba.
    Loise también salió. Tenía que avisarle al profesor lo que había hablado con el doctor y reprogramar el viaje.
    Sabía que no podía viajar tanto. Así que decidió ir pero el tiempo apremiaba.
    Arrancó el auto y salió hacia la casa del profesor, pero el tráfico se lo impedía.
    En un momento, avanzó un poco más rápido y encontró de frente a un auto que avanzaba por otra vía, pero no alcanzó a frenar.
    El impacto fue grande. Ambos conductores estaban inconscientes.

    Amy estaba preocupada pero la compañía de Henry era agradable.
    Dígame, ¿dónde conoció a Johnny?
    Pues…es largo de contar, de hecho, lo conozco gracias a una amiga, la mujer a la que él ama.
    Ya veo, a veces son las amistades las que nos acercan al verdadero amor, ¿no cree?
    Henry, yo…quería decirle que…yo no soy lo que usted se imagina.
    Por supuesto que no- dijo Henry.- Es usted mucho mejor de lo que yo me imaginaba. Por lo que Johnny me ha contado respecto a ti, eres una mujer maravillosa.
    Yo…
    Perdón que te hable de tú, pero…desde que te conocí no he dejado de pensar en ti.
    Henry, yo no soy…
    No digas más, lo sé todo- reveló al fin Henry- y no me importa lo que hayas sido, sólo sé lo que ahora eres y es suficiente.
    El joven se acercó tiernamente y la besó con dulzura.
    Durante el resto de la noche todo parecía estar en orden.
    Henry era muy ocurrente y Amy se sentía muy feliz a su lado.
    Johnny hizo muy bien en irse, así pude animarme a hablar contigo.
    Yo no sé si agradecérselo.
    ¿Por qué?
    Porque siento que todo lo hizo a propósito.
    No lo creo- mentía- quizás todo fue una casualidad.
    Amy sonrió.
    No sé por qué pero aun no puedo alegrarme. Él no está del todo bien y mi amiga tampoco.
    Pero todo mejorará, ya lo verás. Y será así porque él es un buen tipo y seguramente tu amiga también es una buena mujer.
    Eso es un hecho, ellos hacen una hermosa pareja.
    Como tú y yo- observó Henry.
    Un beso los unió al fin, pero no tardó mucho tiempo, porque sonó el celular de Amy.
    ¿Hello? Sí, es mi amiga…¿le ocurrió algo?
    Amy se preocupó sobremanera. Su rostro denotaba angustia.
    ¿Pasó algo, Amy?- preguntó Henry.
    Es mi amiga, está en el hospital. Pero es muy peligroso.
    ¿Le ocurrió algo malo?
    Sí…está hospitalizada, está inconsciente. Y lo peor es que está embarazada y su embarazo es de alto riesgo…
    ¿El papá es Johnny?- preguntó Henry.
    Sí- dijo Amy- pero él todavía no lo sabía.
    No puede ser, ¿y dónde estará ahora?
    Henry trató de comunicarse con él pero no podía.
    El teléfono está apagado…¿dónde estará?
    En breve, volvieron a llamar a Amy.
    Soy yo, señorita, la misma joven que llamaron hace un momento. ¿Le ocurrió algo a mi amiga?
    Amy se quedó helada.
    No puede ser…
    ¿Qué pasa ahora, Amy?
    Johnny también está mal…está internado en el mismo hospital que mi amiga Loise.
    Debe ser una broma, ¿te dijeron en qué hospital?
    Sí- dijo Amy aun helada por la noticia.
    Vamos hacia allá ahora mismo.
    Amy asintió. Si no hubiera estado Henry a su lado, ¡quién sabe qué hubiera hecho entonces!
     
    Top
    .
29 replies since 19/1/2016, 16:08   406 views
  Share  
.